miércoles, 13 de marzo de 2013

¡Habemus Papa criollo! (pero mejor guardemos banderitas y globos y no perdamos la memoria)


En el 2005 la editorial Sudamericana de Buenos Aires publicó una investigación de Horacio Verbitsky con el nombre de El silencio, al correr de la cual el conocido periodista de investigación da cuenta de la complicidad de la jerarquía eclesiástica con la última dictadura militar.
Dice la contratapa del libro: 
Cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos visitó la Escuela Superior de Mecánica de la Armada -ESMA- en 1979 no encontró ni rastro de los prisioneros. Con la ayuda de la Iglesia, la Armada los había escondido en la isla "El silencio", el lugar habitual de recreo del cardenal arzobispo de Buenos Aires. No se conoce otro caso en el mundo de un campo de concentración en una propiedad eclesiástica. Las relaciones secretas que este libro revela después de casi tres décadas de silencio incluyen la seducción que el almirante Emilio Massera ejercía sobre el papa Paulo VI, el doble juego del ahora cardenal primado Jorge Bergoglio, la colaboración del nuncio Pío Laghi y del secretario del vicariato castrense Emilio Graselli con el programa de reeducación de prisioneros de la ESMA. Con la prosa apasionante de un thriller, Horacio Verbitsky describe la fascinación del mal sobre una institución cuya finalidad declarada es hacer el bien.
Aquel ensayo explica documentadamente que el ayer nomás cardenal primado de la Argentina y hoy Papa, Jorge Mario Bergoglio, tuvo participación en el caso del secuestro de los jesuitas Yorio y Jalics, en 1977, quienes entonces se desempeñaban como sacerdotes de la villa del Bajo Flores; y se sostiene, incluso, que el destacado funcionario eclesiástico estuvo presente en un interrogatorio a uno de los jesuitas secuestrados.

En fin, como para que -si todavía no lo habían hecho- se vayan haciendo una idea de quién, además de argentino, es el principal vocero de dios que nos ha tocado en suerte.

(Un interesante reportaje a Verbitsky en el momento del lanzamiento de El silencio fue publicado en el suplemento “Radar” del diario Página 12 con el título: “La Iglesia es el cerebro que arma el brazo militar”. Que puede leerse aquí.)


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