lunes, 9 de mayo de 2016

Las primarias de la provincia de Buenos Aires cambiarán en junio el boletín y volverán los aplazos

(por Fabián Devesa. Clarín, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lunes 9 de mayo de 2016)- El sistema de calificaciones para los alumnos de primaria volverá a incluir los “aplazos” después de un año en el que esas notas fueron eliminadas por considerarlas “estigmatizantes” para los estudiantes. En los boletines que los padres recibirán a partir de junio estarán otra vez puntuaciones debajo del 4, para los niños que cursan cuarto, quinto y sexto grado. Y para los más pequeños (de primero a tercero) se incluirá el “insuficiente” y el “sobresaliente” como evaluación académica. Hasta ahora, los docentes sólo podían calificar con “regular”, “bueno” y “muy bueno”.

Es una vuelta atrás en la resolución 1057 del año 2014, que se comenzó a aplicar el año pasado en todas las primarias de la Provincia: 8.500 establecimientos públicos y privados en lo que asisten más de 3,1 millones de alumnos. Y será de aplicación inmediata. El Consejo General de Educación provincial (un organismo colegiado que fija las pautas de funcionamiento escolar) aprobó la última semana una normativa que modifica el esquema de evaluación. Y los maestros deberán usar este esquema para la elaboración del boletín trimestral de este año que se comienza a enviar a los padres en poco más de tres semanas.

La decisión reaviva la polémica que provocó el nuevo régimen primario, conocido hace menos de dos años. Entonces, la actual gobernadora, María Eugenia Vidal (que comenzaba a caminar la Provincia como candidata) calificó como una “barbaridad” la medida y pidió a Daniel Scioli que retrocediera en la determinación.

En el Consejo la votación fue dividida: 4 aceptaron la nueva reforma, tres representantes se negaron al cambio y hubo dos abstenciones. “El sistema fracasó antes de comenzar a aplicarse. Los padres no entendían el esquema de calificar de 4 a 10 y a muchos docentes les costaba explicar ese criterio”, dijo ayer a Clarín el subsecretario de Educación bonaerense, Sergio Siciliano. Y agregó: “El docente no tuvo tiempo de internalizar esa nueva forma de calificar al alumno, por eso le resultó difícil su aplicación”.

Según explicó el funcionario, hubo una encuesta entre más de 2.500 educadores de establecimientos públicos y privados antes de proponer la reforma.

Sin embargo, la vuelta de los aplazos y el “insuficiente” para evaluar a los estudiantes genera debate. El consejero Néstor Carasa, que ocupa uno de los lugares que corresponden al gremio docente de Suteba, afirmó: “No hubo una consulta seria e integral a los docentes y a los padres. No hubo un diagnóstico serio sobre los resultados del Régimen de Primaria que se aplicó el año pasado”, argumentó Casara.

El secretario General de Suteba, Roberto Baradel, explicó que “no tenemos una postura cerrada sobre el tema. Queremos una consulta amplia en la comunidad educativa para saber si el resultado académico es negativo o mejora las condiciones del proceso de enseñanza y aprendizaje”.

La controversia divide a los expertos. “La evaluación de los alumnos es inherente al sistema educativo y el objeto de la evaluación es asegurar que todos a quienes certificamos estudios, tienen las competencias acreditadas”, dijo a Clarín el rector de la Universidad del Noroeste de Buenos Aires (UNNOBA), Guillermo Tamarit. “La recurrente confusión entre inclusión y facilismo deriva en la “pedagogía de la compasión”: dejar inermes a los sectores que más necesitan de una educación de calidad”, aclaró el académico.

Además, Tamarit consideró que “certificar conocimientos que no se tienen, da como resultado que cuando enfrentan un sistema como el universitario, encuentran enormes dificultades para avanzar porque no hay estrategias “compasivas” en la educación superior”.

¿Los maestros tendrán que adaptarse a una modalidad impuesta por resolución y que deben aplicar en menos de tres semanas?. “Los maestros conocen a la perfección el sistema anterior porque fue el que tuvo vigencia durante años. No habrá inconvenientes”, fue la respuesta de Siciliano. El impacto de esta decisión de la Dirección de Escuelas, excedió los claustros académicos. En la Legislatura provincial había proyectos para retrotraer la resolución 1057. “Celebramos esta medida porque necesitamos exigir más a los chicos. Resulta un fraude no poner notas bajas porque es como esconder que el sistema educativo está en crisis”, dijo el diputado Mario Giacobe (bloque peronista), autor de una de las propuestas.


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