(El Día. La Plata, jueves 4 de agosto de
2016)- “Hoy (por ayer) llegamos a la escuela a las ocho menos cuarto, salieron
la directora y la vice y nos describieron la situación. ‘Ciertos sectores del
edificio tienen riesgo de derrumbe’, afirmaron. Como no les permiten suspender
las clases, nos dijeron que la decisión de dejar a los chicos corría por
nuestra cuenta”.
Fernanda Sagardoy
tiene una nena en 1º grado y un varón en 4º. Mabel Davinonis, una hija también
en 4º. Son madres de 3 de los cerca de 600 alumnos que van a la Escuela
Primaria Nº 32 de Arturo Seguí, y tienen en sus manos la decisión de mandar a
los chicos al colegio. Increíble, pero real.
“Los directivos no
tienen responsabilidad en esto. Han llamado decenas de veces y jamás vinieron a
reparar nada. Así y todo, la inspectora no les permite cerrar la escuela”, dijo
Fernanda, quien ayer a la tarde estaba recorriendo el barrio y juntando firmas
para enviar una carta al Consejo Escolar.
No obstante, la obra
que requiere la Escuela 32 de Arturo Seguí excede ampliamente las posibilidades
de intervención de ese cuerpo.
Lo deja en claro
Mabel cuando describe los graves problemas que afectan al edificio.
“Hay una pared que
de un lado da a un aula y del otro al baño que con cada lluvia queda
electrificada; el cielorraso se está cayendo en muchos sectores, incluyendo
varios salones; hay cables de electricidad expuestos; fisuras y filtraciones de
agua; un estado de abandono prácticamente total”, subrayó la madre.
Para Fernanda, el
hecho de que haya quedado a criterio de los padres si los chicos van o no a la
escuela es “una situación muy compleja e injusta”.
“Si no los mando, se atrasan, pero qué sucede
si los mando y les pasa algo”, se pregunta, y asegura que muchas mamás no saben
qué hacer.
Mabel comentó a este
diario que ayer no dejó a su nena. Pero regresó al mediodía para preguntarles a
la directora y a la vice si había alguna novedad, y vio que se habían quedado a
clases “20 ó 30 chicos, no más”.
Explicó: “Lo que
sucede es que en esta zona hay muchos nenes carenciados que desayunan y
almuerzan en la escuela, de manera que la situación se complica más aún”, dijo.
Y tanto se complicó
que ayer, además, dejaron de tener gas. “Acá no hay gas natural, y como la
chancha está vencida, la empresa responsable ya no la recarga. Así que, por si
algo faltaba, no se puede usar la cocina y hoy le dieron a los nenes sandwiches
de mortadela”, puntualizó.
Mabel Davidonis
contó que “el intendente municipal vino a esta escuela hace aproximadamente un
mes y medio, la recorrió toda, pero en esa oportunidad solamente cambiaron unos
vidrios”, indicó la vecina.
A la Primaria 32 de
Arturo Seguí concurren unos 600 alumnos en dos turnos, mañana y tarde. También
funciona por la noche un bachillerato de adultos.
“Es la escuela de la
zona, único lugar al que pueden concurrir los chicos, que en su mayoría
pertenecen a familias numerosas. Necesitamos que se tomen medidas de fondo de
inmediato. Estamos a la buena de Dios, a la deriva”, expresó Fernanda Sagardoy.
Tal como viene
informando este diario, la Comuna local -al igual que todas las de la
Provincia- cuenta con una partida millonaria proveniente de la Nación y
denominada “fondo educativo”, que por ley debe destinar exclusivamente a las
escuelas del distrito.
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