sábado, 1 de noviembre de 2014

Bronca

Entonces se volvió común la calificación “reforma antieducativa”. Como lo ocurrido en otras jurisdicciones argentinas, los cambios que la ley de educación local impulsa a partir de 2015 en ninguno de sus puntos tiene en cuenta lo debatido en las asambleas por los maestros y profesoras, razón por la cual no pasa de ser juzgado por ellos como una serie de enunciados generales y puramente retóricos, mientras sospechan que los verdaderos objetivos habitan debajo del profuso palabrerío, camuflados. 

“El gobierno no convoca a nadie debatir los problemas de fondo que le importan a la comunidad”, sostuvieron los representantes de la Asociación de los Trabajadores de la Educación de la provincia de Neuquén, y agregaron que lo que en verdad se necesita es: “más salario, más escuelas, más cargos, más horas, más material didáctico, más partidas de alimentos y limpieza; espacios para el arte y el deporte” en lugar de buenas intenciones enunciadas con verba burocrática.

Pero si esa mañana no quisieron charlar más sobre ese punto, ni seguir agregando adjetivos al corto escrito que mandaron a los medios, fue porque ya habían desplazado los motivos de la bronca ni bien se enteraron de que Jorge Sobisch volvía a postularse como mandamás de la provincia. De inmediato repudiaron su candidatura a la gobernación para el próximo año, a la vez que denunciaban a Jorge Sapag, “quien avaló con la impunidad ante sus responsabilidades políticas por el asesinato de nuestro compañero Carlos Fuentealba”, según dice el comunicado que distribuyó el sindicato.


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