sábado, 14 de septiembre de 2013

Facultades tomadas en Tucumán: Marita Verón y Paulina Lebbos como impulsoras


(Por Diego Rojas. Plazademayo.com, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, viernes 13 de septiembre de 20º13)- Hay veces que ciertas muertes trágicas, criminales, encuentran sosiego por la reacción que suscitan en los ciudadanos, que provocan que la sociedad cambie. Así pasó con el crimen de María Soledad Morales que causó una movilización tan grande en Catamarca que hizo caer al feudo familiar de los Saadi (que acaban de regresar al poder mediante la gobernadora k Corpacci, miembro de esa familia). O cuando el asesinato del soldado Omar Carrasco provocó tal indignación colectiva que se determinó el fin del servicio militar obligatorio. O como pasó en 2002, cuando la movilización posterior a la Masacre del Puente Pueyrredon produjo no sólo el fin del intento del giro represivo del gobierno de Eduardo Duhalde, sino que lo obligó a anunciar elecciones anticipadas. Hay veces que situaciones tremendas hacen que las sociedades salgan a la calle, y se cristalicen entonces las transformaciones. Quizás algo así esté pasando en Tucumán, aun provincia donde reina la impunidad impulsada por el gobernador kirchnerista José Alperovich y su esposa Beatriz Rojkés, presidenta del Senado de la nación.
Desde hace dos semanas la comunidad universitaria está conmovida por la movilización que protagonizan los estudiantes y a la que también se sumaron los docentes. Desde el 27 de agosto se mantienen tomadas las facultades de Filosofía y Letras y la de Psicología. Y todo comenzó en defensa del derecho a la seguridad de la mujer. “Unos días antes de la toma una estudiante de Trabajo Social denunció que en el trecho entre la terminal de ómnibus y la facultad había sido secuestrada y violada y luego abandonada en el parque, todo esto a las tres de la tarde -cuenta Marcelo Bustamante, vocero de la asamblea de la facultad de Filosofía y Letras, de 24 años-. El 26 de agosto otra compañera contó que había tenido una situación similar. Pronto se realizaron asambleas para pedir protección para nuestras compañeras, que se instalara un corredor seguro, pero no hubo respuesta y nada se hizo. Entonces el 27 decidimos tomar la facultad”. La decisión, al día siguiente, fue acompañada por los estudiantes de Psicología que comparten la misma geografía.


“En esas asambleas estaba la memoria de Marita Verón y de Paulina Lebbos -asegura Micol Pereyra Diosquez, de 23 años, delegada de sus compañeros de la carrera de Ciencas de la Comunicación-. Tucumán es reconocida como una de las provincias con mayor impunidad. Los casos de Marita y de Paulina lo prueban. Paulina había sido compañera nuestra, ya que también estudiaba comunicación. Acá hubo violación de compañeras y decidimos hacer presentaciones para que se garantice nuestra seguridad. No nos escucharon y nos dimos cuenta de que no debíamos permitir ni un abuso más, para que no haya ningún caso más de impunidad”.
El movimiento estudiantil creció, se realizaron asambleas en más facultades, las reivindicaciones tomaron forma y se ampliaron, encontraron el modo de convertirse en un estudiantazo. El movimiento planteó que sus objetivos son: la declaración de la emergencia en violencia sexual y doméstica; el boleto estudiantil y el comedor estudiantil. Con esas consignas se lanzaron a la calle. Hicieron tres movilizaciones que adquirieron masividad progresivamente. Primero marcharon mil estudiantes a la Rectoría y fueron recibidos por unos funcionarios de segunda línea, pertenecientes a La Cámpora, que plantearon que debían levantar las tomas para empezar a conversar. No fueron obedecidos. La siguiente marcha convocó a 1500 personas por aquellas consignas que plantean una confrontación concreta con el plan de seguridad del gobierno de Alperovich que, en línea con el kirchnerismo nacional, apunta a la mano dura y a darle mayor poder a la policía. Esa nueva movilización tampoco hubo respuesta. El martes 10 de septiembre no sólo se manifestaron los estudiantes, sino que la asamblea del gremio docente decidió parar ese día para promover la movilización, contra la postura de la dirección sindical kirchnerista. Ese martes hubo 2500 personas en las calles, una movilización como no se veía hacía años en Tucumán. Fueron recibidos en la asamblea del Rectorado, que no tuvo otra opción que dejarles exponer sus reclamos.
El miércoles 11 se realizó una Asamblea Interfacultades. “Hay 500 personas de las facultades de Artes, Derecho, Arquitectura, Ciencias Exactas, Agronomía, Ciencias Naturales y otras con menor representación”, cuenta Marcelo Bustamante desde el lugar donde se desarrolla la reunión. “Esto debía haber pasado antes -reflexiona Micol Pereyra Diosquez-. Hemos esperado a que nos violen a dos compañeras y debemos ser conscientes de ello. Un hecho movilizante luego de la marcha que hicimos al rectorado fueque nos dirigimos a la Casa de Gobierno a sumarnos a la marcha de las víctimas de la impunidad, que lidera el padre de Paulina Lebbos. Cuando tomó el megáfono para hablar, relacionó las dos luchas, fue muy conmovedor”.
“Paulina era una estudiante de Comunicación, los estudiantes identifican su figura con las reivindicaciones porque ellos han sufrido violaciones, pero hay un denominador común. Es la impunidad -dice a plazademayo.com Alberto Lebbos, padre de Paulina, asesinada a los 23 años en 2007 y cuyo caso no fue investigado por la justicia adrede ya que se cree que los homicidas forman parte de “los hijos del poder”-. Estaba su espíritu porque ella era joven como todos esos jóvenes movilizados que me llenaron de alegría. Yo les dije, cuando hablé, que la historia de la humanidad demuestra que los logros se conquistan mediante la lucha. Fue muy emocionante ver a esos jóvenes en las calles reclamando y exigiendo por sus derechos. No tengo dudas de que, de estar viva, Paulina habría estado entre ellos”. Quizás Paulina, y Marita, y tantas víctimas de la trata, la violencia y la impunidad, vivan hoy en esa lucha estudiantil.



No hay comentarios:

Publicar un comentario