viernes, 24 de mayo de 2013

Medialunas


Toma la primera medialuna de grasa de la bandeja de cartón mientras en la pantalla comienza a proyectarse el ordenado Power point que da cuenta del esquema básico que ordena el proyecto de la Nueva Escuela Secundaria que esta mañana de sábado deben empezar a discutir. El rector explica que se comenzará a implementar en los colegios porteños a partir del año que viene y que, a trazo grueso, las modificaciones no serán muchas. Pero, bueno, tienes que discutirlas, se trata de un plan nacional de adecuación, y las jornadas son obligatorias, así que lo mejor será aprovecharlas.
E suceden los números, muchos números, sobre cantidad de horas, semanales y anuales, bloques de asignaturas básicas y otras que dependen de la orientación y el título final. Se suman las formas didácticas de los talleres y los seminarios, y una cantidad de prácticas que podrán hacerse fuera del aula, incluso en consonancia con universidades e instituciones diversas.
A la altura de la quinta lámina ya no entiende nada. Anoche debería haberse acostado más temprano. Las letras chiquitas se vuelven borrosas. El bostezo casi le impide ver la sexta o séptima.
Entonces, con un poco de vergüenza, pero no mucha, agarra la tercera factura y le sacude el azúcar antes de mandarla al buche.


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