jueves, 21 de agosto de 2014

La nueva escuela secundaria

Se viene la nueva escuela secundaria porteña, y más allá de que uno le guste o no, les dijo la rectora, el año que viene estamos obligados a comenzar con su implementación, así que más vale que el esfuerzo sirva de algo.
Alguna razón todos le adjudicaron al dicho, de modo que empezaron a preparar la reunión del sábado a la mañana. La idea fue la de que cada departamento se reuniera por separado para tratar las cuestiones específicas de cada área y después, un par de horas más tarde, que el encuentra fuera entre todos.
Ni bien determinaron esa rápida disposición horaria, la rectora hizo la observación de que, en realidad, ella quería reubirse primero con la gente del área de exactas y naturales. Cuando le preguntaron por qué, dijo, medio encogiéndose de hombros, que “dada la orientación hacia la que empujaron a nuestro colegio, matemáticas y biología son las materias que más horas van a perder”.
Antes de que la mujer finalizara, los profesores, que se habían dejado por el entusiasmo de pensar que está bueno cada tanto revisar los contenidos y las formas de su quehacer didáctico cotidiano, ellos se cruzaron miradas con el consenso de que lo que iban a terminar discutiendo poco tiene que ver con la pedagogía.

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