domingo, 9 de julio de 2017

La Universidad Nacional “penitenciaria” en Honduras

(Por Ronnie Huete Salgado. http://conexihon.hn/, viernes 8 de julio de 2017)- La máxima casa del conocimiento en Honduras, la Universidad Nacional Autónoma, se asemeja a un laboratorio de tortura, persecución y campo de batalla, en donde la Policía Nacional o militar ingresa, cuando así lo deciden las autoridades académicas, para perseguir con gases tóxicos a los estudiantes que allí estudian, como si se tratase de un centro penitenciario. 

La tiranía persiste en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), al punto que los órganos de seguridad del Estado, ingresan para dar orden de captura a los universitarios entre otras medidas de represión, según las ordenes que reciben de la rectoría universitaria. 

30 estudiantes en espera de un proceso judicial, acusados por los delitos de usurpación, privación injusta de la libertad y daños, son las causantes que las autoridades de la UNAH, determinaron para acusar a los universitarios. 


Pese a la intervención de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la Organización de la Naciones Unidas en Honduras, Alta Soledad Pazo, quien a través de su equipo de trabajo internacional condenaron este hecho, las autoridades no están anuentes al dialogo con este organismo internacional. 

Entre los acusados está el periodista y corresponsal internacional Ronnie Huete, quien se encontraba brindando cobertura periodística de los hechos el 24 de mayo de 2017, día en que se giró la orden de captura a 19 estudiantes y que también fue torturado, privado de su libertad y asaltado, el periodista Ronnie Huete, quien fue víctima de los atropellos de la empresa de seguridad privada de la UNAH. 

Los estudiantes se encontraban realizando una acción en el edificio administrativo, en protesta por la judicialización que venían sufriendo tres universitarios desde hace tres años y que ahora han recibido condena. 

Ya son varios los organismos internacionales que han condenado este excesivo uso de poder de parte de las autoridades universitarias, sin embargo tal hecho no ha mermado en la persecución judicial y sistematizada que sufren los estudiantes. 

Persecuciones a través de vehículos desconocidos y amenazantes, acoso de la Empresa de Seguridad Privada del Bajo Aguan (ESPA), detención ilegal de universitarios utilizando los aparatos de seguridad del Estado para perseguirlos, amenazas a muerte, son parte de los dispositivos de poder que utilizan las autoridades académicas de la máxima casa de estudios, contra los que se oponen a su tiranía. 

Una dictadura que los estudiantes se han dispuesto a llamarla así, puesto que desde el año 2003, los universitarios no tienen vos ni voto en las decisiones de la UNAH, es decir son una población de 80 mil estudiantes, pero todos son excluidos antes los órganos de gobierno universitario. 

Motivo por el que los estudiantes de la UNAH, organizados en el Movimiento Estudiantil Universitario (MEU), siguen en una imparable protesta, cuya duración lleva más de un mes. 

Hace 9 días inicio una huelga de hambre en la entrada principal de la UNAH, en donde 5 estudiantes universitarios, están arriesgando su vida, con tal de que sus demandas sean escuchadas por las autoridades universitarias, sin embargo, la rectoría ha ignorado este hecho. 

Los miembros del MEU, día a día organizan asambleas informativas en cada facultad de cada carrera de la UNAH, en donde deciden paralizar las clases como una medida de protesta contra los oídos sordos de las autoridades, ante las peticiones de los estudiantes. 

Los guardias de seguridad privada de ESPA, hacen su ronda de vigilancia como si se tratase de un centro penal y no una casa del conocimiento superior, los estudiantes que se oponen a este régimen, son tratados como delincuentes en algunos medios de comunicación, en donde la apología del odio está más que vigente. 

El discurso de las autoridades, se refiere a los universitarios como vándalos, delincuentes, en fin, adjetivos propios a la apología del odio y cuyo mecanismo de comunicación se puso en práctica en la época del sanguinario Adolf Hitler. 

La pasada madrugada del 23 de junio, asesinaron al señor Roberto Gómez, padre de uno de los estudiantes judicializados por las autoridades de la UNAH, y quien en vida había proporcionado fuertes declaraciones contra la tiranía de la UNAH. 

En relación a ello, teóricos de la sociología estadounidense aducen el resultado de estos hechos, como parte del discurso violento que utilizan las personas con mandos superiores ante la opinión pública de forma repetitiva. 

Lo cierto es que este padre de familia, deseó lo mejor para su hijo y la comunidad universitaria, al solicitar una educación pública de calidad, su muerte aún sigue impune, aunque la secretaria de seguridad de Honduras, emitió un comunicado comprometiéndose en la investigación competente del caso. 

Con un presupuesto de 5,500 millones de lempiras (230 millones de dólares), la UNAH comenzó sus funciones para este año 2017, puesto que el Estado de Honduras otorga el 6 % del presupuesto estatal a este ente universitario. 

Honduras es el segundo país más pobre de la región latinoamericana, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sin embargo, este antecedente económico no influye en los jugosos salarios de los funcionarios en la UNAH, como si se tratase de Paris o Londres. 

Este es el caso de la rectora de la UNAH, Julieta Castellanos, quien devenga un salario mensual de más de 106 mil lempiras (4,500 dólares) en un país en donde según la CEPAL la mayor parte de la población está en la pobreza y el desempleo y sobrevive con un dólar diario. Siendo esta una de las grandes diferencias que concatenan la miseria de este país latinoamericano. 

Gran parte de la población estudiantil universitaria conforma este estrato social de miseria, cuyo obstáculo evaden con algún tipo de actividad que les permita medio alimentarse, transportarse y con suerte obtener los libros y cuadernos de estudio, puesto que la administración de la UNAH, no tiene presupuesto para estas grandes mayorías. 

Con un presupuesto aproximado de 550 millones de lempiras (22 millones de dólares) las autoridades universitarias construyeron el edificio administrativo en donde alberga una fuerte cantidad de empleados que conforman el engranaje de la burocracia de la UNAH. 

Sin embargo, pese a estas fuertes inversiones, la ausencia de docentes es notoria, ya que los estudiantes al iniciar cada periodo no tienen quien les imparta su curso universitario, no tienen un aula física para recibirlo y mucho menos un pupitre en donde sentarse. 

Igualmente, los estudiantes describen en sus demandas que la calidad de la educación en la academia no es ni medible con las demás universidades del mundo, puesto que aun estudian con planes de estudio redactados en la década de los setenta del siglo pasado. 

Por tal motivo, los universitarios proponen efectuar una Asamblea Estudiantil Constituyente Universitaria, un anteproyecto de ley que permita la participación de todos los órganos de gobierno de la UNAH, así como la formación y organización de todas las carreras, a través de las asociaciones estudiantiles. 

A través de este ante proyecto de ley, se pretende eliminar todas las acusaciones penales contra los universitarios, así como el cese a la persecución estudiantil, puesto que la carta universal de los derechos humanos, ya establece la protesta como un derecho universal. 

Ante todo este panorama represivo y de peligro para los universitarios, que hacen oposición al régimen que llaman: “julietista” el mundo a puesto los ojos sobre Honduras, puesto que la defensa de los derechos humanos, así como para los defensores de la vida, se enfrentan a un panorama perturbador. 

La cárcel o la muerte a través del asesinato, son las opciones que la tiranía ha brindado a quienes se atreven a desafiarla, y es que el pasado viernes, el universitario judicializado Armando Velásquez, fue objeto de persecución cuando fue interceptado por miembros de la Policía Nacional, cuando viajaba en una unidad de transporte. 

El estudiante fue obligado a bajarse del autobús y fue detenido como un delincuente común, por no portar su carta de libertad. Dos horas después el estudiante fue puesto en libertad, gracias a la intervención de organismos de derechos humanos no gubernamentales. 

Mientras todo esto ocurre, el Estado de Honduras, rinde cuentas en el examen ante el comité de derechos humanos de Naciones Unidas en Ginebra, cuyo evento culmina el día 6 de julio de 2017. 

Sin embargo, estos eventos de peso internacional, no parece importarles a las autoridades universitarias, quienes de forma agresiva han contestado los comunicados a los organismos internacionales acreditados en Honduras. 

La crisis de la UNAH, sigue su curso, en medio de represiones físicas, judiciales y varios elementos que moldean una dictadura al estilo del siglo XX en Sudamérica. 

El próximo 25 de agosto de 2017, será la audiencia judicial contra 19 universitarios y un periodista, quienes serán puestos a la orden de un juez de los tribunales de sentencia, quien emitirá una resolución final de este caso. 

Todos estos hechos han situado a la UNAH como un epicentro continuo de violaciones de derechos humanos, en donde escuadrones de la muerte están más que vigentes y asechando para atacar, esperando la orden de los altos mandos. 

Es imprescindible que los organismos de derechos humanos internacionales sigan vigilantes de este proceso de crisis en la UNAH, puesto que las vidas de quienes denuncian estos hechos, están en constante peligro.

Una vida humana, debe ser cuidada bajo cualquier circunstancia, y en cualquier tiempo, porque de ello depende la convivencia en completa civilización y armonía humana, entre los prójimos.


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