domingo, 30 de julio de 2017

Conadu Histórica -la Federación Nacional de Profesores, Investigadores y Creadores Universitarios- rechazó el acuerdo paritario

Desde febrero de 2017, luego de siete reuniones paritarias y distintas propuestas inaceptables, el gobierno presentó a las federaciones de docentes universitarios una oferta que éstas consideraron aceptable para ser llevada a las asambleas de base.

El nuevo ofrecimiento implicaba un aumento del 25% que, sumado al nomenclador y jerarquización -establecidos por convenio colectivo de trabajo- llega a un 26,45% en la mayor categoría. Todo en cuotas a diciembre de 2017, la más alta de ellas en octubre. A la vez, establecía la garantía salarial por cargo y con un aumento del 101% (2016-2018), además de cláusula gatillo desde el segundo semestre.

La oferta fue presentada por la Secretaría de Políticas Universitarias (Ministerio de Educación) en pleno plan de lucha de la Conadu Histórica, cuando se había votado la no toma de finales y con el anuncio del no inicio en el segundo cuatrimestre. Llamativamente, además, la reunión paritaria se hizo unas horas después de que la gobernadora María Eugenia Vidal cerrara un acuerdo con Roberto Baradel y el resto de las direcciones del Frente Gremial Docente bonaerense.

La no toma de exámenes, muy fuerte en algunas universidades del interior, estaba siendo un tema candente en las casas de estudios, y dividió aguas tanto entre los estudiantes como entre los docentes. La Franja Morada comenzó a tener los niveles más altos de militancia de los últimos tiempos contra la medida docente; en algunas universidades -según se denunció oportunamente- llegó a amenazar a dirigentes, como sucedió con la secretaria general Mariana Carminatti, de Adul (Santa Fe). En la UBA no sólo Nuevo Espacio (Franja Morada) atacó a los docentes. La dirección del Centro de Estudiantes de Psicología, en manos de El Impulso (Libres del Sur, Mella y El Brote) lanzó una campaña a través de un flyer contra la no toma de exámenes y con el reclamo del “derecho” de los estudiantes a rendirlos. Asociaciones docentes como Feduba se pusieron del lado de quienes decían que la medida de no toma de exámenes era “excesiva”. En fin.

La propuesta oficial de aumento salarial deja por fuera de la garantía salarial a los docentes más bajos del escalafón, los ayudantes de segunda, que son los de menores salarios. Tampoco se avanza para terminar con el trabajo gratuito en las universidades nacionales; sólo hay en el acta paritaria una cláusula de compromiso para censar, una vez más, a los ad honorem y así avanzar hacia las rentas, un nuevo saludo a la bandera, una acción de triste memoria luego del incumplimiento de la paritaria de 2016. Por otro lado, el porcentaje de aumento, cuotas incluido, dista mucho del 35 % reclamado -o sea, que no permite recuperar en nada la pérdida de 2015/2016 y de 2016/2017.

La mayoría de las asociaciones de la Conadu Histórica rechazaron la oferta oficial en sus asambleas de base. Con ese mandato, el congreso de la federación resolvió no firmar y presentar una contrapropuesta sobre la base de los reclamos más urgentes: adelantamiento de las cuotas, garantía salarial para los ayudantes de segunda, pago para los ad honorem.

Sin embargo, la contrapropuesta ni siquiera fue escuchada por el ministerio. No lo necesitaban porque ya tenían pactada la firma de Conadu (alineada con la Central de los Trabajadores Argentinos que dirige Hugo Yasky), Fedun (que sigue los pasos de la Corriente Federal), UDA, Ctera y Fagdut (docentes de la UTN). Así, el acta paritaria fue suscripta por todas las federaciones salvo la Conadu Histórica.

No hay que olvidar, dicho sea de paso, el extorsivo 1% que reciben los firmantes para sus quehaceres sindicales.

Más allá de la situación impuesta por la firma de estas representaciones sindicales, que ha obligado a suspender las medidas de parar durante los exámenes finales de julio-agosto y el no inicio del segundo cuatrimestre, la Conadu Histórica ha resuelto continuar peleando. Según informan sus declaraciones, la pelea seguirá no sólo por los reclamos paritarios sino contra la reforma del sistema universitario que a poco andar emprenderá el gobierno con la venia de todo el arco político tradicional, aun aquel que intenta presentarse como opositor. En el segundo semestre se sumarán acciones contra el avance de la mercantilización en las universidades y contra las leyes antieducativas, como la ley de Educación Superior que viene manteniéndose desde el menemato.


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