miércoles, 12 de julio de 2017

¿Arrugar? Ni ahí…

¿Ustedes que se creen, que nosotros nos llamamos mil mangos? Eran miles, muchos miles, contaron los cronistas; hacía ya unas cuantas semanas que no se juntaba tanta gente en las calles de Río Gallegos. Muchos miles enojados, además de muy convencidos de sus necesidades y la justicia de su reclamo.
¿Vos que te creés, que los descuentos me van a hacer arrugar…?, volvía a gritar desafiante la mujer en medio del bochinche general; a su lado, otra maestra marchaba con el guardapolvo viejo lleno de consignas escritas con un fibrón, acalorada aunque la jornada transcurría bien fresca.
Los docentes santacruceños, que cumplían ya incontables días de paro, marcharon junto con estales, judiciales, trabajadores viales y profesionales de la salud; avanzaron desde diferentes puntos y finalmente todos fueron amuchándose en una columna única que llegó hasta la casa de gobierno provincial. Los que afilan el lápiz calcularon que eran muchos miles, pero el número en realidad es lo de menos. En los hechos, y aunque públicamente, dijo lo contrario, era la demostración de que no habían podido quebrar la huelga, y la razón evidente es que el porcentaje de adhesión sigue trepando increíblemente alto. La manifestación fue una respuesta tajante a las declaraciones y amenazas de la gobernadora que insistió con que se iban a efectivizar los descuentos, que se levantaba el receso invernal y que el paro sería declarado ilegal.

¿Pero vos te creés que yo me llamo mil mangos roñosos…?, sigue insistiendo cada tanto la mujer afónica, ya casi sin voz, de cara al cielo patagónica y entre las risas de sus compañeras.


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