martes, 25 de julio de 2017

Contra los despidos en el call center de la Universidad Nacional de La Matanza

Los trabajadores del call center de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) han denunciado públicamente el cierre del lugar y que se les notificó que están de licencia hasta el 31 de agosto por falta de llamados en las líneas del Ministerio de Energía y Minería. En cambio, los trabajadores denuncian un desvío de las llamadas.

El pasado 17 de abril se llevaron a cabo 70 despidos en la UNLaM que dejaron al descubierto un call center clandestino que funciona desde el 2014 en instalaciones de la propia Universidad. El mismo pertenece al cuñado del rector Daniel Martínez, el empresario Víctor Riera, quien además de haber montado un call privado en un espacio público es, entre otras cosas, dueño de la bodega (Utopía VTR). Esta empresa también opera dentro de la Universidad.


Los trabajadores despedidos en aquella ocasión son todos estudiantes de la UNLaM, como la totalidad del staff (120 aproximadamente) y trabajan, actualmente, para el Ministerio de Energía de Juan José Aranguren atendiendo llamados y consultas de clientes de Edenor y, en su momento, llamados relacionados con Utopía VTR. Los despidos sacaron a la luz no solo un negocio fenomenal para el rector y su familia a costa de la juventud, sino también las condiciones en la que los estudiantes desarrollaban su trabajo: salario inferior al mínimo legal y fuera de convenio, falta de la hora de descanso recomendada, vacaciones y días de estudio no pagos.

Gracias a la lucha y organización de los despedidos, junto con las organizaciones estudiantiles de izquierda, se logró la reincorporación de los 70 estudiantes. La campaña fue contundente y a pesar de la complicidad de la conducción del Centro de Estudiantes (son los que promueven las pasantías truchas que esconden trabajo precario), se logró difundir el conflicto por toda la Universidad y el apoyo de los estudiantes fue masivo.

Sin embargo, luego de la lucha tenaz de los despedidos y la reincorporación, los trabajadores sólo iban al call center a cumplir el horario que tenían asignado ya que no había, según les informaban, llamados para atender. Pero lo cierto es que eran desviados y solo entraban en línea los clientes que esperaban más de media hora. Recibieron, además, desde la reincorporación hasta los últimos días, “charlas motivadoras”, a cargo de los responsables de recursos humanos, que apuntaban a “sacar el lado positivo a la pérdida del empleo”. Un verdadero escándalo. No quedan dudas, la Universidad de La Matanza es una gran agencia de trabajo precario y la Liga Federal Universitaria su principal promotor. 

Leer completo el comunicado de la agrupación estudiantil La Comuna aquí.


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