domingo, 6 de agosto de 2017

¿Otra vez sopa?

En el marco de las reformas estructurales en la educación y el trabajo a nivel nacional, es que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mientras se está aplicado el tercer año de la NES (Nueva Escuela Secundaria) -resistida tanto por los docentes como por los estudiantes- el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta dio a conocer un documento sobre las nuevas modificaciones del nivel medio, la “Secundaria del Futuro”. La implementación comenzaría en 16 escuelas pilotos en el año 2018. 
Cambios en estructura académica
La novedad radica en el pasaje de disciplinas a áreas: sociales y humanidades, naturales y tecnología y comunicación y expresión. Todas ellas contenidas en dos unidades académicas que contemplan un ciclo básico de dos años y un ciclo orientado de dos años. Además de un evidente recorte de contenidos, devaluando aún más los existentes, teniendo en cuenta el contexto de avanzada sobre los y las trabajadoras entendemos que en el mediano plazo afectará a la cantidad de docentes que verán reducidos los espacios curriculares donde se desempeñan.
¿Y el quinto año? En la nueva propuesta el último año estará destinado a la “formación” en un 50% del tiempo escolar directamente en empresas-sin convenio- y el 50% del tiempo restante en la organización de proyectos de emprendurismo, es decir, trabajo en empresas como mano de obra barata y una formación para el desempleo crónico. Un verdadero ataque a los derechos de la juventud a estudiar y acceder a la cultura y un gran favor a las demandas de un mercado laboral cada vez más flexibilizado.
Precarización docente
Otro aspecto central del proyecto es el cambio de metodología de enseñanza. Se determina que un 30% del tiempo de la clase esté a cargo de docentes para enseñar un contenido y el 70% restante para “facilitar” el trabajo mediado por la tecnología- plataformas y educación a distancia-. Además de unilateral, el cambio busca remplazar a la figura del docente por “facilitadores” que no necesariamente sean docentes titulados y, por supuesto, por fuera del estatuto del docente.
El documento profundiza los lineamientos en materia educativa que se exigen en el mundo del trabajo. Una descalificación de la fuerza de trabajo, una “baja del costo laboral” que se traduce en un intento de reforma laboral. 
La otra cara del problema para el gobierno es cómo adaptar a la escuela a las necesidades cambiantes del capital, de las empresas y, por lo tanto, a la reforma laboral en debate en nuestro país.
En ese marco es que entendemos este nuevo intento de reformas a la educación secundaria.
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