viernes, 24 de diciembre de 2010

Moraleja


Bueno, es posible que por fin hayas tomado conciencia”, dice el docente con una media sonrisa colgando de su boca y dando por finalizada la pequeña charla que abrió la pregunta del alumno.
Así, dijo, más o menos, piensa el estudiante. Quizás el otro pretendía un estímulo y le salió un  exceso. El muchacho ahora lo mira a lo lejos, mientras el hombre da vueltas parsimoniosas por los bancos del fondo, y no sabe si lo que le dijo significa que en las respuestas van bien encaminadas y puede por lo tanto esperar un buen resultado final si “sigue así”, o que más vale que entregue ya y vuelva en marzo.


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