lunes, 7 de enero de 2019

"Todxs lxs que luchamos por cambiar este mundo nos sentimos más solxs"

Este lunes 24 de diciembre, a los 91 años se fue uno de los grandes, uno de esos tan necesarios, uno de los coherentes de principio al fin, un imprescindible, un irreemplazable: se fue Osvaldo Bayer.

Historiador, investigador, periodista, escritor, pero, sobre todo, un militante por la justicia, contra la opresión, por la verdad, contra la mentira, por lxs trabajadorxs contra los patrones y la oligarquía.

Como el Che había nacido por nuestras tierras en el año 1927. Hincha de Rosario Central desde joven, rebelde, apasionado, lúcido, abrazó la causa del anarquismo y la llevó adelante en forma consecuente hasta el día de su muerte.

Denunciaba al Estado y a sus instituciones represivas, por eso se rehusó a hacer el servicio militar. Tuvo unas primeras experiencias sindicales para abrazar luego el camino de la investigación y la denuncia periodística. Su trabajo en tres tomos “Los vengadores de la Patagonia trágica” es una obra brillante que resume años de investigación sobre la huelga de los peones rurales en la Patagonia a comienzos del siglo pasado que fue derrotada por la feroz represión lanzada por el gobierno de Yrigoyen.

Amenazado por la Triple A, en 1975 debió exiliarse a Alemania donde desarrolló una consecuente tarea de denuncia de la dictadura militar que se instaló en marzo del 76.

Volvió a país con el retorno de la democracia a comienzos de los ’80. Tomo la debida distancia de todos los gobiernos y denunció en forma consecuente la continuidad de las injusticias y diversas formas de opresión en estos 35 años. Los padecimientos y las peleas de lxs trabajadorxs y los pueblos originarios fueron una constante en sus batallas. 

Desde Amsafe (Asociación del Magisterio de la provincia de Santa Fe), seccional Rosario, el año pasado nos comunicamos con él para invitarlo a la presentación de una publicación sobre las luchas de los pueblos originarios y la desaparición de Santiago Maldonado. Nos habló de sus ganas de estar acá pero de la imposibilidad debida a su delicada salud.

Su casi inagotable energía finalmente llegó a su fin. Y todxs lxs que luchamos por cambiar este mundo nos sentimos más solxs. ¡Hasta la victoria siempre, Osvaldo!


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