viernes, 21 de septiembre de 2018

Se vienen 36 horas de paro y en la provincia de Buenos Aires sólo habrá clases el lunes a la mañana

(El Día, La Plata, viernes 21 de septiembre de 2018)- Los gremios docentes bonaerenses iniciarán el paro general el lunes al mediodía, en consonancia con la medida de fuerza de 36 horas convocada por las dos CTA. En cambio, los maestros y profesores de colegios privados nucleados en el Sadop sólo se plegarán a la huelga de la CGT del martes 25. “Urgente convocatoria a paritarias; salarios dignos y justos; escuelas seguras”. Son los principales reclamos del sector. El último encuentro paritario fue hace casi un mes, el 23 de agosto, y la oferta gubernamental, un 19%. Cifra ya licuada por la inflación, que el 31 del mes pasado superó los 24 puntos porcentuales y se proyecta que en septiembre llegue a los 30.

Así las cosas, el Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB) completará 19 días y medio de inactividad en lo que va del ciclo lectivo y quedará a tan sólo “un turno” del récord de paros docentes de los últimos 16 años. Vale recordar que desde 2002 hasta hoy, el del 2014 fue el ciclo escolar con mayor cantidad de huelgas (20), seguido por el del 2013 (19) y por los de 2009, 2012 y 2017 (17 cada uno). El tema de los paros docentes ya movilizó iniciativas para declarar al sistema educativo como “servicio público esencial”. Ello implicaría, básicamente, garantizar guardias para que los chicos y chicas puedan estar en la escuela. Por caso, la salud funciona así. 

Durante el gobierno anterior también se quiso avanzar en ese sentido. Fue, precisamente, tras la brutal medida de fuerza que se tomó a principios de 2014. En ese entonces, los gremios llevaron a cabo 17 jornadas de paros consecutivos desde el día pautado para el inicio de las clases (5 de marzo).

La medida tuvo una adhesión de casi el 100% y las aulas volvieron a abrir sus puertas recién el lunes 31 de marzo, tras el cierre de una paritaria que elevó el salario mínimo de bolsillo de una maestra de grado un 38,50%. Después de ese parazo inédito, hubo tres días más de huelga tras las vacaciones de invierno. Y cabe recordar que se venía de un 2013 con 19 jornadas de huelga y de un 2012 con 17.

No obstante, la idea de declarar a la educación “servicio público esencial” no prosperó. Ahora comenzó a moverse un proyecto en la Legislatura bonaerense, aunque la tensa relación que se ha entablado entre el Gobierno de María Eugenia Vidal y los docentes por la tragedia de Moreno, la grave problemática de la infraestructura escolar y una paritaria que -batiendo otro récord- es muy probable que llegue a octubre sin cerrarse, conspira contra una iniciativa de ese tipo. Es un tema para debatir en tiempos de calma, algo deseable pero improbable en el corto plazo. Se trata de una idea que debiera discutirse. Y seriamente.

Además, está a la vista que no pasa por un gobierno de un color político, pues, como se indicó, también la puso sobre la mesa la administración provincial anterior, y en Latinoamérica existe el antecedente de Ecuador durante la presidencia de Rafael Correa. La Constitución ecuatoriana de 2008, en su capítulo 4, sección segunda, artículo 35, inciso 10, dice: “Se reconoce y garantiza el derecho de los trabajadores a la huelga (...). Se prohíbe la paralización, a cualquier título, de los servicios públicos, en especial los de salud, educación, justicia y seguridad social (...)”.

Un paro cada 13 días en los últimos 8 años. O bien “un ciclo lectivo de paros en los últimos dieciséis años”. Hay distintas formas de presentar el impacto que las huelgas han tenido y tienen en la educación pública. Aunque igualmente cierto es que en esos 8 ó 16 años nunca se eliminó de raíz el conflicto salarial con el sector. Es una asignatura pendiente. A punto tal que, según un estudio de la Universidad Pedagógica Nacional que publicó este diario días atrás, la docencia se encuentra entre las tres profesiones peor remuneradas del país, de un total de dieciocho.


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