jueves, 30 de noviembre de 2017

¿Qué hay detrás de los Puente Inicial Primaria y Puente de Primaria a Secundaria (P.I.P y P.P.S.)?

Puente Inicial Primaria y Puente de Primaria a Secundaria son nuevos dispositivos creados por el gobierno que consiste en la digitalización de informes, boletines y legajos de los estudiantes para la carga en un sistema centralizado de información ministerial.

Bajo la cara de una supuesta “modernización” se propone la digitalización de toda la información sensible de los estudiantes -desde sala de jardín hasta el momento de egreso del secundario- quedando a disposición para utilizarse arbitrariamente por quienes tengan acceso al sistema. Esto suma a la burocratización del rol docente al que el gobierno le suma tareas administrativas que no tienen que ver con nuestra tarea central de enseñanza. El ministerio busca que nuestra función sea “polivalente” término que utilizan para ocultar la flexibilización de nuestro trabajo: tenemos que hacer la “Promoción Acompañada”, ayudar a las familias con las inscripciones online, intentan obligarnos a completar evaluaciones externas que se suman a las propias, cerrar las notas, todo junto en el cierre del año.

Los legajos son información sensible que no debe circular por cualquier ámbito ni ser utilizada sin su debido recaudo, ya que nos habla de situaciones vinculadas a la vida familiar y escolar de los niños/as que requieren ser preservadas en clave del derecho a la intimidad de los mismos. Son las escuelas quienes deben resguardar esta información  y brindarla en caso correspondiente a los organismos que así lo soliciten.

Desde Ademys (Asociación de los Docentes de la Enseñanza Media y Superior) denunciamos que la verdadera vocación del gobierno es avanzar hacia un sistema educativo “a la europea” donde la trayectoria escolar cuantificada en un puntaje determine el acceso a los estudios superiores. Ejemplo de esto es el actual mecanismo de inscripción online que ya restringe la selección por parte de las familias a las escuelas de la zona en que viven, estableciendo una selección de matrícula que ahora se profundizará. Esta propuesta busca centralizar la información en sistemas a los que los docentes no tenemos acceso para generar un mayor control del Estado en la designación de vacantes y construir “perfiles de egresados”. Esto es un eufemismo para direccionar la matrícula y segmentarla en escuelas para ricos donde se prepare para la universidad y escuelas para pobres orientadas al mercado del trabajo. Esta iniciativa se enmarca explícitamente en la reforma mal llamada “Secundaria del Futuro”.

Asimismo se busca profundizar la estigmatización de los estudiantes, rotulando su conducta y se etiqueta a “los problemáticos” cuando todos los docentes sabemos que como niñxs y jóvenes en desarrollo cada año pueden darse avances o retrocesos. Es el mismo gobierno que gasta millones en sistemas para informatizar y “modernizar” las escuelas el que abandona a los estudiantes y no acompaña ni da recursos a los docentes para abordar situaciones complejas o de dificultades de aprendizaje. El mismo gobierno que no garantiza a lxs niñxs y jóvenes sus necesidades básicas: alimento, vivienda, salud lo que necesariamente repercute en su escolaridad.

No existe en esta propuesta una verdadera “articulación de niveles” sino un dispositivo estigmatizador de la pobreza que va en la misma dirección que la digitalización de la solicitud de las becas de comedor y la inscripción on line. Llamamos a no completar esta tarea de digitalización y a denunciar sus verdaderos objetivos.


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