miércoles, 8 de noviembre de 2017

Vendrá la muerte

El viejo profesor no puede creer lo que corre bajo sus ojos. Acaba de jubilarse hace poco más de un año y compensa las carencias con la recuperación de algunos simples disfrutes. Como el de leer el diario a la mañana, tranquilo, sin tiempo mientras los mates van pasando.

Está claro que mientras tanto los pensamientos y las preocupaciones no se detienen. Desfilan algunas facturas impagas, el aumento de los expensas, el mangazo que le tiró el hijo la otra noche, pero bueno, que el mundo espere y lo dejen leer tranquilo, chupar en paz de la bombilla.

Y en eso está cuando lee como comentario acerca del nuevo calculo que el gobierno impulsa para el aumento de jubilaciones y pensiones: "El argumento más poderoso del oficialismo para este cambio es que la fórmula actual puede descapitalizarse al Anses en los próximos años", y que si bien los aumentos serán menores a lo largo de los días, al ser trimestrales llegarán antes a los bolsillos y eso será visto con agrado por los viejos. El remate reza así: "Para los jubilados, la perspectiva de vida hace que el mediano y el largo plazo no tengan importancia".

Tira el periódico sobre el fogón, se levanta y cruza el patio para ir a comprar el pan. Pero antes mira hacia el cielo y susurra casi desafiando: "Llevame, diosito, llevame...".


No hay comentarios:

Publicar un comentario