miércoles, 24 de junio de 2015

Volvé Feinman, te perdonamos

En el fondo piensa que las tomas de los colegios nunca volverán a ser las mismas. No porque falte ímpetu en los estudiantes, ni porque los profesores -al menos los más despiertos y sindicalizados- hayan dejado de mostrar su solidaridad frente a cada iniciativa. Tampoco por la consideración de que si más establecimientos fueran ocupados por sus alumnos la fuerza del reclamo crecería exponencialmente, ni por el deseo de que se multipliquen por diez los que concurrieron a la marcha hacia la jefatura de gobierno el martes pasado. Todas esas cuestiones forman parte del deseo y de un futuro posible acorde al desarrollo de la protesta. ¿Quién no quiere cantar cada día somos más cuando se intenta imponer alguna reivindicación?


Hasta que finalmente sincera su malestar cuando le llega el turno en la ronda del mate. Confiesa entonces: qué cagada que lo echaron a Eduardo Feinman de C5N, no sabés cómo extraño esas agarradas nocturnas entre el populista facho que habla en representación del sentido común de la humanidad y los activistas estudiantiles que se defienden y contratacan como karatecas ninjas. A veces me quedaba tan caliente con las agarradas que después no podía dormir y repasaba argumento tras argumento las mejores respuestas posibles para entrarle a cada tema y qué se volvieran claros para el conjunto de la gente, que mucha idea no se hace del karma que es cursar en una secundaria que se viene abajo y donde, encima, pretenden engrupirte con supuestas reformas de planes de estudio que siempre terminan resultando para peor.

Y el tipo mal o bien nos daba espacio para la confrontación... Era un grosso. No sabés con que melancolía dos por tres busco en youtube algunas de aquellas épicos enfrentamientos. ¡Volvé, Eduardo Feinman! ¡Volvé que te perdonamos!


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