miércoles, 19 de enero de 2011

Los mismos legisladores cordobeses que votaron la ley de educación pro-iglesia acaban de quitar el nombre Agustín Tosco a una calle

El pasado 28 de diciembre (qué fecha, ¿no?) la legislatura cordobesa votó la anulación del nombre Agustín Tosco a una calle en la ciudad de Córdoba, cuentan Elena Luz González Bazán y Juan Carlos Cena.  Se trata de los mismos legisladores cordobeses  que votaron a mano alzada el retorno de la educación religiosa a las escuelas.
Unos días antes de que pasaran a degüello a Tosco, rodeado de vallas y la policía golpeando a estudiantes y docentes movilizados, el Parlamento de Córdoba le había levantado el pulgar a la nueva ley de educación provincial.
La norma empaqueta a la educación en el corsé de la  llamada “empleabilidad”, es decir: descalificación de los planes de estudio, segmentación de carreras, creación de posgrados tarifados; además de las pasantías, esa forma de precariedad laboral por la cual la Universidad siempre se lleva algún vuelto...
El aspecto más reaccionario de la flamante ley es la intromisión de la Iglesia en la educación estatal. Inspirada en la reforma constitucional del gobierno radical llevada adelante en 1986, la educación religiosa queda establecida como una “opción” y hasta como un “derecho”. El "derecho a la religión", claro, es el que habilita a que la Iglesia siga recibiendo jugosos subsidios para sus colegios y otras “emprendimientos” de formación de los jóvenes.
Los maestros y estudiantes secundarios y universitarios que se movilizaron y sufrieron la represión policial, y que lo seguirán haciendo hasta hacer desaparecer la ley oscurantista, son quienes hoy devuelven a las calles de Córdoba la marcha de Agustín Tosco. 


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