miércoles, 23 de marzo de 2016

Vísperas del 24 de marzo

La indignación fue inmediata ni bien la noticia se conoció. Ocurrió que una mañana, antes de que comenzaran las clases y mientras apuraban el mate cocido, los docentes fueron informados que acababa de llegar una comunicación, con el número 59, enviada a las escuelas por parte de la Dirección de Área Primaria. La misiva oficial  pedía que se confeccionen listados con los datos de los docentes adheridos al paro del 29 de marzo, convocado en su momento por la Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior (Ademys).

“¿Por qué no se van a cagar con sus listas negras?”, sugirió uno; “en Córdoba ya les descontaron el día”, comentó otra...

Finalmente acordaron la respuesta escrita en la cual se rechaza lo que se considera a todas luces un método persecutorio y se exige que se respeten los derechos constitucionales de los trabajadores, entre ellos la asamblea y la huelga.

El gremio se encargó de darle forma y presentarla a las autoridades respectivas.

“Pensar -reflexionó amargada la maestra de quinto- que nos han pedido especialmente que preparemos muchas actividades para este 24 de marzo, a cuarenta años del golpe militar. Yo no sabía muy bien por dónde entrarle al tema esta vez, sobre todo para no repetir siempre lo mismo, pero ya me dieron letra…”


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