sábado, 25 de mayo de 2019

Las universidades públicas catalanas y sus estudiantes, cobayos en una prueba piloto neoliberal


“Para reducir el déficit presupuestario, una reducción muy importante de la inversión pública o una disminución de los gastos operativos no implica ningún riesgo político. Si se reducen los gastos operativos, se debe tener cuidado de no reducir la cantidad de servicio, aunque baje la calidad. Por ejemplo, se pueden reducir los presupuestos de funcionamiento de escuelas y universidades, pero sería peligroso restringir el número de estudiantes. Las familias reaccionarán violentamente ante una negativa a inscribir a sus hijos, pero no a una disminución gradual de la calidad de la enseñanza y la escuela puede obtener progresiva y puntualmente una contribución de las familias, o suprimir alguna actividad. Esto se hace poco a poco, en una escuela pero no en la escuela vecina, de manera que se evite un descontento general de la población.”

Christian Morrisson (1996), “La faisibilité politique de l’ajustement”. Cahier de politique économique, número 13, Centre de Développement de l’OCDE.

Un fantasma recorre Cataluña: el fantasma de la ILP por la rebaja de los precios universitarios

Y, al parecer, todas las fuerzas intelectuales de la derecha neoliberal se han unido para conjurar este fantasma.

¿De qué se trata? Es una iniciativa legislativa popular (ILP) en la que se propone una rebaja de los precios vigentes en las universidades públicas de Cataluña en la línea de tres mociones aprobadas en 2016 y 2017 por el Parlament e incumplidas por el gobierno de la Generalitat. La ILP, promovida por asociaciones estudiantiles, cuenta con la adhesión de numerosas personas y entidades, como sindicatos, la FAPAC (Federació d’Associacions de Mares i Pares de Catalunya) y la ACUP (Associació Catalana d’Universitats Públiques).

La ILP se encuentra todavía en la fase de recogida de las 50.000 firmas necesarias para que sea admitida a trámite en el Parlament de Catalunya, pero ya ha generado una intensa polémica, incluso con algún elemento dialéctico agresivo, con al menos tres intervenciones en contra (la que dio el disparo de salida), procedentes del ámbito de los partidos que sostienen el gobierno de la Generalitat, y cuatro a favor.

El artículo completo de Albert Corominas publicado en sinpermiso puede leerse completo aquí.



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