jueves, 20 de octubre de 2016

El operativo nacional Aprender 2016 y la teoría de los dos demonios

En relación a la polémica generada en torno al operativo de evaluación Aprender 2016 la especialista Luciana Vázquez escribió un interesante artículo de opinión en el diario La Nación, llamado “Una resistencia política”. Vale la pena subrayar algunos de sus argumentos.

Sostiene, por ejemplo, que el Aprender 2016  “es en realidad una continuidad del Operativo Nacional de Evaluación (ONE) de los 90 y que siguió adelante durante todo el kirchnerismo”.

Los gremialistas que resisten las pruebas Aprender -escribe- lo hacen con igual fundamento al del ex ministro de Educación Alberto Sileoni, quien subrayó la "diferencia" entre estas pruebas y las suyas, y cuestionó el carácter "estandarizado" de las actuales; cuando en realidad “bajo la administración kirchnerista se hicieron tres ONE con pruebas estándar e idénticas para todo el territorio y todos los niveles sociales”.

Insiste acerca de que  la continuidad entre las ONE kirchneristas y las Aprender macristas “se da en más de un sentido, que desmiente también a los combatientes de las pruebas actuales. Si las Aprender son ‘pro mercado’, también debieron serlo las ONE: muchas preguntas de las ONE 2010 y 2013 se mantienen en las Aprender para asegurar la comparabilidad entre unas y otras”.


Las diferencias, según la periodista, estarían justificadas y hasta serían una consecuencia de los errores heredados dado que “la desaparición de las preguntas abiertas y la hegemonía total de las de opción múltiple” más que “desinterés por el proceso de aprendizaje y visión resultadista de la educación por parte del macrismo”, se deben a que “en un contexto de falta de cultura evaluativa, el alumnado abandonaba las ONE antes de terminarlas, sobre todo en las preguntas abiertas. La prueba perdía así potencia estadística”.

No necesita hacer explícita Vázquez su opinión favorable hacia el operativo comandado por el ministro de Educación, Esteban Bulrich, y en general hacia los dispositivos de evaluación desde una estimación -digámosle así- técnica.

Pero el punto es que sus argumentos alimentan la conclusión exactamente opuesta, y son los que han inspirado el rechazo de padres, estudiantes y docentes.

El gobierno de Mauricio Macri propone en el ámbito educativo una continuidad de la política oficial ya existente, la de los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner  y sus ruinosas consecuencias. Que los funcionarios del gobierno anterior impugnen ahora a los del gobierno actual es una pura demagogia, hipocresía berreta, puesto que ellos hicieron lo mismo.

El problema de los cálculos intelectuales que realiza Vázquez es que no pueden o no quieren apartarse de esta nueva versión de la teoría de los dos demonios enfrentados -Macri/Kirchner-. Tanto no lo puede hacer que es incapaz de comprender que la protesta y el reclamo real de la comunidad educativa y los activistas docentes debe entenderse por fuera de esa dicotomía (los “combatientes de las prueba actuales”, según los denomina, no pueden confundirse con los dirigentes de la CTERA que ni siquiera trataron en su congreso la posibilidad de lanzar una huelga nacional para el martes 18 de octubre, día de la realización de las pruebas, como sí lo hicieron seccionales y sindicatos provinciales verdaderamente “combativos”) Si no, el cerebro está frito.


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