jueves, 1 de noviembre de 2012

Un significativo ejemplo: Tandil en lucha por transporte en educación rural


La desorganización generalizada y el ajuste a sea-cómo-sea en educación conmueve a la provincia de Buenos Aires. En el partido de Tandil, el Estado continúa sin pagar el transporte rural. Desde hace tres semanas, los alumnos de las llamadas “escuelas de concentración” no asisten a clase. Se rumorea que recién en los cinco días que hoy se inician las autoridades designadas por la Directora General de Escuelas, Nora de Lucía, se arrimarán a la ciudad de Tandil para “destrabar” el conflicto. ¿Qué hacer mientras tanto? La propuesta sugerida a la comunidad educativa local, que cuenta con el aval del consejo escolar de mayoría radical y los propios transportistas, es que la cooperadora y los padres se hagan cargo de la deuda.
La provincia mantiene en pie una modalidad de contratación de transporte que viene de la época de Carlos Menem: los empresarios cobran 5.000 pesos por día por combi para trasladar a los alumnos a sus respectivas escuelas. Es un buen negocio si se tiene en cuenta que los choferes perciben su sueldo en negro y no cobran durante el receso escolar de invierno y verano. El servicio se vio interrumpido porque los empresarios del transporte reclaman una deuda de siete días de pago. Si se sigue el “consejo” del gobierno, los padres deberían abonar individualmente aproximadamente 500 pesos para saldarla. Sobre comentar que para un empleado rural medio la cifra es exorbitante.
Los padres se negaron a cargar con la deuda, y los estudiantes continuarán sin concurrir al colegio. Pero el clime de bronca se ha ido agigantando; hubo algunos piquetes de protesta en las escuelas más alejadas, según informa el comunicado de Tribuna Docente Tandil, y suman por lo menos dos las movilizaciones al Consejo Escolar organizadas por los afectados para exigir la inmediata restitución del transporte escolar rural.


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