domingo, 2 de enero de 2022

Durante los días lunes 13 y martes 14 de diciembre se realizaron los talleres sobre políticas de género organizados por la CONADU Histórica

En el primero de ellos, “Hacia un CCT (Convenio Colectivo de Trabajo) con perspectiva de género”, llevamos la propuesta de incluir dentro de nuestro convenio la licencia por violencia de género y su adecuación al Convenio OIT 190 sobre Violencia Laboral.

Las licencias por violencia de género constituyen una herramienta indispensable para todxs lxs docentes que requieran de días para llevar adelante las denuncias o acciones necesarias en el derrotero de enfrentar la violencia. Es conocido que muchas veces se utilizan las licencias psiquiátricas para poder transitar situaciones de vulnerabilidad, lo que constituye toda una definición del fenómeno.

También acordamos en que es necesaria la revisión de los días de licencias especiales por maternidad y gestación (así como por adopción) y para lxs progenitorxs no gestantes comprendiendo que en este último caso deben aumentarse, para equipararse las licencias a los fines de la real distribución de las tareas de cuidado y el ejercicio de las responsabilidades familiares de manera igualitaria. En este sentido, también acordamos la revisión de los plazos en las licencias por cuidado de menores como de adultxs mayores. Si bien las licencias son pagas, relevamos juntamente con otrxs compañerxs, que existen muchas presiones para que lxs docentes puedan gozar de estas licencias dado que en las Universidades son reticentes a cubrir los cargos con suplencias remuneradas. Esto se acentúa por el grado de precarización laboral, y en particular, con el aumento significativo de cargos con dedicación simple o cargos no regularizados.

Otra cuestión que se debatió es hacer efectiva la implementación de la inserción laboral trans*. Dimos cuenta de los logros obtenidos en nuestra organización y lucha, en el caso, la resolución votada por el Consejo Directivo de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, y todavía todos los desafíos que representa aquella, como es la conquista del salario para quienes lxs docentes trans* que siguen trabajando “ad honorem”. También se planteó la inquietud por la incorporación de licencias que contemplen los tratamientos de hormonización y la existencia de una norma en el convenio que garantice el efectivo acceso a todos los programas médicos establecidos en la ley de identidad de género por parte de las obras sociales universitarias.

Si bien en nuestro convenio está reconocida la licencia por interrupción del embarazo, también resulta indispensable la revisión de los plazos de licencia.

Otra de las cuestiones fue la de incluir también normativas donde se garantice efectivamente por parte de todas las Universidades los jardines maternoparentales y espacios especializados de cuidados de niñxs.

Dejamos en claro que si bien muchas de estas cuestiones deben ser incorporadas al CCT, y en ese sentido saludamos el taller para tratar de conjunto estos temas, también deben ser abordadas en las discusiones paritarias del sector cuando éstas sean convocadas. Al mismo tiempo, planteamos la necesidad de revisar el CCT transversalmente a partir de algunos ejes como el cuidado, la diversidad sexual, la igualdad de oportunidades (o su falta, expresada en brechas de género), además de la violencia de género, que fue el centro del segundo taller.

En el 2do taller, “Por un Protocolo de CONADU Histórica de abordaje de violencia de género”, fue convocado para comenzar a pensar y elaborar una propuesta de protocolo para la Federación que aborde la violencia de género al interior del sindicato.

Llevamos la experiencia de la construcción en AGD UBA (Asociación Gremial Docente de la Universidad de Buenos Aires) del “Protocolo para identificar, prevenir, erradicar y abordar situaciones de violencia”, único sindicato de CONADU Histórica con este tipo de herramienta.

Aportamos al taller nuestra experiencia. En 2019, después de venir trabajando el tema en la Secretaría de Géneros, organizamos un taller abierto, donde leímos y debatimos sobre leyes, protocolos (gremiales, universitarios, de otras instituciones), documentos que pudieran aportar para la elaboración del protocolo, cuya redacción final también fue colectiva. Otro dato importante es que el protocolo tiene una cláusula de revisión anual, porque entendemos que no es “letra muerta”, sino una guía de acción que puede ir mejorándose y actualizándose.

Agregamos que tanto la preparación del protocolo como su aprobación en marzo 2021 puso en marcha o reforzó otras actividades, como las consejerías, los talleres de capacitación orientados a docentes de la universidad y de las escuelas preuniversitarias que apuntaron a identificar y prevenir situaciones de violencia, numerosas charlas, paneles y artículos escritos que desarrollaron una campaña de carácter pedagógico.

Todo este proceso está fuertemente enraizado con el hecho de ser una parte activa en el movimiento de mujeres y diversidades sexuales: hemos organizado grandes contingentes de los Encuentros Plurinacionales de Mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries a lo largo de años y hemos convocado a numerosas movilizaciones y actividades del colectivo LGTBQ+, contra la violencia hacia las mujeres, paros internacionales de mujeres, marchas por la aparición con vida de Tehuel, etcétera.

Por eso señalamos que los abordajes de las situaciones de violencia no pueden quedarse en una perspectiva punitivista o sancionatoria, sino que deben centrarse en identificar, prevenir y erradicar la violencia, y que los protocolos son una herramienta de un conjunto de acciones y de una orientación política. De hecho, AGD abordó situaciones de denuncias de violencia antes de la existencia del protocolo, apelando a las herramientas que da el Estatuto del sindicato, mientras que todxs conocemos casos en que instituciones que cuentan con un protocolo (ya sean universidades o sindicatos) no han intervenido frente a situaciones de denuncia y poco o nada hacen para identificar y prevenir situaciones de violencia.

En el taller la experiencia de nuestro sindicato fue muy bien valorada, y quedamos entre las presentes en empezar a trabajar en tres lineamientos (que incluye el estudio de aspectos legales estatutarios) para construir un protocolo para la CONADU Histórica.


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