martes, 18 de agosto de 2020

Qué tipo de virtualidad pretenden las autoridades universitarias y qué tipo de virtualidad es necesaria para defender los cursados, los derechos laborales y la salud de estudiantes y docentes

El lamentable pero esperable incremento de los contagios de COVID19 ha puesto en evidencia la imposibilidad del retorno a las actividades presenciales en los próximos meses y ha dejado carentes de sentido a los protocolos de examen que las autoridades hicieran aprobar por el COE, sin ninguna consulta con la docencia.

No solo eso.

Hasta ahora, la forma en la que se viene desarrollando la virtualización, implicó un incremento muy preocupante de la deserción estudiantil, y una mayor precarización laboral.

Desde hace casi cinco meses, venimos reclamando al gobierno y a las autoridades universitarias que asuman su responsabilidad en garantizar los procesos educativos durante la cuarentena: provisión de recursos, garantía de conectividad, plataformas que funcionen, compensación de  gastos extra, mayor cantidad de docentes, cumplimiento de los derechos laborales, capacitación masiva y gratuita sobre educación virtual, pago de deudas salariales que la UNT (Universidad Nacional de Tucumán) mantiene con cientos de docentes, etcétera.

Ninguna de estas elementales demandas fueron satisfechas.

Las autoridades universitarias, lejos de exigir el presupuesto necesario para sostener la universidad pública en estas condiciones extraordinarias, se han disciplinado a una política que tiene como objetivo principal el ajuste para el pago de la deuda externa. No se conocen gestiones para exigir mayor presupuesto.

Como resultado, miles de estudiantes han abandonado sus estudios como consecuencia de las dificultades económicas, pedagógicas y sociales que implica esta crisis.

Los exámenes virtuales que se han aprobado en varias facultades han profundizado todas las desigualdades previas y han presentado cientos de inconvenientes, como lo habíamos advertido oportunamente.

Llamamos al conjunto de la docencia y a la comunidad universitaria a debatir una salida de fondo a esta situación, a convocar asambleas interclaustro y unir las luchas.

Aumento salarial de emergencia del 40 por ciento.

Ampliación de dedicaciones y de la cantidad de docentes para sostener los cursados virtuales. Plena vigencia de los derechos laborales.

Implementación de becas para todos los estudiantes.

Provisión de los recursos tecnológicos para los cursados virtuales y garantía de conectividad para estudiantes y docentes.

Por un bono de compensación de los gastos extra realizados para sostener la virtualidad.

Devolución de lo descontado por Impuesto a las Ganancias.

Aumento inmediato de presupuesto universitario.

Conformación de comisiones de bioseguridad e higiene en todas las facultades y escuelas con participación docente previo a cualquier retorno a la presencialidad.

Desde ADIUNT (Asociación de los Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Tucumán), reclamamos la convocatoria a un congreso de CONADU Histórica para llevar adelante un verdadero plan de lucha por el salario y las condiciones laborales. En todo el primer semestre, nuestra federación solo ha impulsado una jornada de lucha aislada, mientras nuestro salario y nuestras condiciones laborales se derrumbaron.


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