domingo, 10 de marzo de 2019

El socialismo según Donald Trump

“Estados Unidos nunca será un país socialista”, declaró Donald Trump en su discurso sobre el Estado de la Unión. Alguien debería avisarle que Estados Unidos ya es un semillero de socialismo. Pero se trata de socialismo para los ricos. Todos los demás reciben un tratamiento de capitalismo brutal.

Para el pensamiento conservador, socialismo significa obtener algo por no hacer nada. Eso en gran medida define los 21.000 millones de dólares que se ahorraron los bancos más grandes del país gracias a las rebajas de impuestos de Trump, parte de los cuales fue a engrosar las enormes bonificaciones anuales de los ejecutivos de bancos. En cambio, más de 4.000 bancarios de menor nivel recibieron una dosis de capitalismo brutal. Perdieron el empleo.

Los bancos que son demasiado grandes para quebrar -cortesía del rescate bancario de 2008- gozan de un subsidio oculto de aproximadamente 83.000 millones de dólares anuales porque los acreedores que corren menos riesgo aceptan intereses más bajos por los depósitos y los préstamos.

El año pasado, el monto total de las bonificaciones de Wall Street fue de 31.400 millones de dólares. Si se elimina el subsidio oculto, ese pozo de bonificaciones desaparece.

Trump y los funcionarios que nombró en la Reserva Federal están flexibilizando los requisitos impuestos tras el rescate. Se asegurarán de que los bancos más grandes sigan siendo demasiado grandes para quebrar.

Trump promueve el socialismo para los ricos y el capitalismo brutal para todos los demás de otras maneras. General Motors recibió más de 600 millones de dólares en concepto de contratos federales, más 500 millones en exenciones impositivas. Parte de esas sumas fue a los bolsillos de los ejecutivos de GM. La presidenta del directorio y CEO Mary Barra embolsó casi 22 millones de dólares de remuneración total sólo en 2017.

Pero los empleados de GM están sometidos al capitalismo brutal. GM planea despedir a más de 14.000 trabajadores y cerrar tres plantas de montaje y dos fábricas de repuestos en América del Norte para fines de 2019.

La traducción del artículo completo que Robert Reich escribió para The Guardian puede leerse aquí.


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