sábado, 27 de octubre de 2018

La vida es un tango


La película es un clásico inoxidable, se llama La vida es un tango, la guionó y dirigió Manuel Romero en 1939.

En una de sus escenas primeras, mientras el personaje que encarna Florencio Parravicini desnuda a balazos a Sabina Olmos sobre el escenario y Tito Lusiardo comanda la orquesta desde el piano y se baja un gran vaso de cerveza para acompañar cada compás tanguero, en ese mismo momento, en un costado del boliche ocurre el siguiente diálogo.

Una camarera se queja y dice, al tiempo que toma el pedido del parroquiano recién llegado:

-Encima ahora al tango le ponen letra. ¡El tango es para bailar!

-¡No! –le contesta enfático el hombre (Hugo del Carril) desde la mesa-. El tango es para ser cantado.

Una época del arte popular argentino se define en ese pequeño cruce de palabras.


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