domingo, 28 de octubre de 2018

Halloween, una vez más (menos mal que amamos a Jamie Lee Curtis)


Pasando el trapo, borrón y cuenta nueva, y olvidando incluso que hubo una cantidad de descendencias malformes las cuales -aunque hayan amasado fortunas- no hicieron sino embarrar la cancha en el medio, volvió Halloween cuatro décadas después casi como secuela exclusiva de aquella primera y ya clásica.

La película original es de 1978 y fue escrita y dirigida, además de tener a su cargo la emblemática banda sonora, por John  Carpenter. El creador ahora asume el rol de productor ejecutivo y le deja a David Gordon Green la sillita de lona del director.

Con un espíritu vintage que ya se respira en la cartelería de presentación, la aparición y performance de la hermana del asesino fanático, Laurie Strode es lo mejor de esta nueva entrega. Dan ganas de  abrazar y besar a la linda Jamie Lee Curtis, tan bien ha sabido envejecer la actriz junto a los espectadores.

Los duros golpes de la vida la han convertido, además de en abuela, en un clon de Sarah Connor, la de Terminator. O sea que no ha hecho a lo largo de estos años otra cosa que entrenar, acumular armas, pergeñar escenarios posibles y prepararse para la confrontación final con su hermano, Michael Myers. La mujer es un alma verdaderamente entregada a los vientos de la épica.

A la inversa de aquella vez, ahora el que mira desde el balcón  es Michael y se sorprende de que el cuerpo de la veterana no esté en el charco de sangre de allá abajo. La hiperactiva nona zafó de pura gana para comandar al trío femenino e intergeneracional que atravesará en brochette al demente criminal y lo asará con arrebatado fuego.

Un cuadro del final posibilite intuir lo peor. Por favor, hasta acá, ¿eh?



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