miércoles, 7 de julio de 2021

Se agrava la pérdida del salario contra la inflación, vamos por la reapertura de paritarias

En medio de una ola de frío que agrava la situación sanitaria en las escuelas, el gobierno avanza con la reapertura indiscriminada. Mientras tanto la inflación hace sentir el ajuste sobre los bolsillos docentes. Como denunciamos desde Ademys, la paritaria de marzo profundizó la destrucción del salario docente, pero ahora el ataque se sintió sobre el aguinaldo produciendo una nueva pérdida del poder adquisitivo docente.

La paritaria a la baja de Horacio Rodríguez Larreta y la inflación

El gobierno cerró en marzo una paritaria a la baja que establecía un 34% en cuatro cuotas. Ademys fue el único de los 17 sindicatos que rechazó la propuesta activamente con un plan de lucha que colocó la cuestión salarial en el marco de un pliego de reivindicaciones que incluía la denuncia de la falta de condiciones para la vuelta a la presencialidad.

Se estableció una primera cuota del 12,8% en marzo, una segunda en julio del 8,8%, a cobrar en agosto, y luego un 10,4% en octubre que se cobrará en noviembre. En septiembre además habría una actualización del 2% del fondo nacional de incentivo docente (FONID) por parte del gobierno nacional. Así se alcanzaría el 34% sobre la base del salario inicial de febrero.

La pauta inflacionaria establecida por el gobierno en un 29%, en el presupuesto nacional, tal cual denunciamos en un primer momento, resultó ficticia y no tuvo otro objetivo que imponer un techo paritario. Los datos del Indec señalan que la inflación de mayo fue 3,3%. Así, el acumulado anual es del 21,5%. Además, el instituto de estadísticas actualizó la Canasta Básica Total (línea de pobreza) a $64.445 y la Canasta Básica Alimentaria (línea de indigencia) en $27.423.

Por su parte, el par porteño del INDEC, la Dirección General de Estadística y Censos (DGEyC), publicó datos los provisorios de mayo que ubican la CBT (línea de pobreza) en $63.289, la CBA (línea de indigencia) en $33.617 y la Canasta Total (sectores frágiles) en $77.596.

Así, mientras que la inflación acumulada es del 21,5%, el salario docente aumentó solo un 12,8% en lo que va del año. Un 8,7% menos. La cuota de julio, a pagar en agosto, no alcanzará para saldar esa brecha dado que todavía falta que se sumen los índices de junio y julio.

El salario inicial para un docente con jornada simple está desde marzo estancado en $40.887, mientras que la jornada completa es de $81.744. La hora cátedra se ubica en los $2139,35.

Ya en marzo el salario inicial para una jornada simple, equivalente a unas 20 hs cátedra, se ubicaba debajo de la línea de pobreza, pero la situación empeoró. Las docentes con cargo de jornada completa hasta 14 años de antigüedad tampoco alcanzan la línea de ingresos que establece la DGEyC para hogares pertenecientes a los sectores medios. Sobre esta línea quedan los hogares cuyo ingreso mensual es de al menos 1,25 veces la Canasta Total. El índice en mayo fue de $96.995, sin embargo, la jornada completa hasta los 14 años de antigüedad está en $81.774. Con esta pauta salarial de ajuste el gobierno pretende naturalizar que un docente que intente cubrir la canasta familiar trabaje tres cargos. Con el agravante de que, como denunciamos reiteradamente, a partir de la hora 38 hs el valor de la hora de trabajo se va depreciando. El ajuste impone a la docencia una jornada laboral de tres turnos a destajo. Esto supone considerar que la jornada laboral del cargo es de 4 horas. Una falacia que no atiende al enorme trabajo que los docentes realizamos por fuera de la escuela: la planificación y preparación de clases y materiales, la corrección, la formación docente, entre otras tareas. Situación que además se ha agravado durante la pandemia. El golpe de Larreta y Acuña al salario es brutal, de marzo a mayo el salario inicial de la jornada simple perdió contra la línea de pobreza (CBT). El salario inicial cubría en marzo apenas el 75% de la canasta básica total (que marca la línea de pobreza), pero en mayo ya perdió un 11% contra la inflación y hoy cubre solo el 64%.

La precarización también se extiende entre los docentes. Los cargos con menos puntos índice que el del maestro de grado (preceptores, bedeles, ADCM, psicólogos, psicopedagogos y ayudantes de cátedra, entre otros) quedan muy por debajo de la garantía mínima y, por lo tanto, no alcanzan siquiera el monto del salario inicial. Esto corre también para aquellos que cumplen tareas docentes en distintos programas cuyos cargos por fuera del estatuto imponen formas de contratación leoninas. Esta diferenciación salarial a la baja afecta a miles de docentes.

El aguinaldo también golpeado

Desde Ademys señalamos tempranamente que el blanqueo que anunciaba el gobierno era un verso para seguir achatando la escala salarial. Con el cobro del aguinaldo el bolsillo docente será golpeado nuevamente. El salario docente se conforma por ítems remunerativos o no remunerativos (según lo sean o no cuentan para aguinaldo, aportes a obra social, aportes jubilatorios y aportes sindicales), bonificables o no bonificables (se les aplica o no antigüedad según el caso).

Un porcentaje importante del aumento otorgado se plasmó en cifras no remunerativas. El ítem adicional especial, que implicó el mayor porcentaje de aumento, dejó de ser remunerativo. El material didáctico, otro de los ítems que gravitaron en el aumento, es no remunerativo hasta los 12 años de antigüedad. Para el cálculo del aguinaldo o S.A.C (sueldo anal complementario) se tiene en cuenta la sumatoria de todas las sumas remunerativas (Sueldo básico, Suma decreto 438, Adiciona salarial más conocido como presentismo) y complemento mínimo garantizado (CMG) que se paga proporcionalmente en los casos en que el salario no alcanza el cargo inicial que equivale a unas 20 hs cátedra. Aunque el CMG no es remunerativo, es considerado en el cálculo.

El problema de esta conformación del salario con una proporción creciente de sumas no remunerativas tendrá consecuencias inmediatas en el cobro del aguinaldo que distó de ser comparable a la mitad del sueldo de bolsillo.

Un ajuste en todas las líneas

En el resto de los rubros del presupuesto educativo las cosas no son mejores. Prácticamente ninguna escuela presenta condiciones para abrir. Mientras explotan escuelas en el resto del país, en la Ciudad se registró la evacuación de una escuela por la alarma de una caldera. Larreta tampoco ha provisto de los medios necesarios para combatir el frío mientras avanza hacia una reapertura total en el marco de la ola de frío. Las autoridades nacionales han decretado el “alerta violeta” por la “ola gélida” que invadió a buena parte del país, pero condenaron a los alumnos y docentes a congelarse de frío.

Este descalabro es consecuencia directa de un ajuste sin precedentes contra la educación pública. En CABA (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), el presupuesto para infraestructura escolar fue reducido en un 70% para 2021. Pasó de 3068,7 millones a 1140,4 millones. El ataque a la educación que forma parte de un ajuste general cuyo objetivo es descargar la crisis sobre los trabajadores mientras se paga la deuda usuraria. Esta es una orientación que une a todos los gobiernos.

La necesidad de luchar por la reapertura de paritarias

Desde la primera convocatoria del gobierno, Ademys (Asociación de los Docentes de Enseñanza Media y Superior de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) llevó el mandato de la asamblea abierta: una actualización del 50% para toda la escala y rechazamos la propuesta de Acuña de salarios de pobreza.

El fracaso de la pauta inflacionaria oficial del 29% arrastra consigo a la burocracia sindical que hizo pasar una paritaria de entrega. La pelea por el salario y la reapertura con condiciones de las escuelas es una pelea de alcance nacional. Es preciso que la docencia de la Ciudad de continuidad al plan de lucha sobre la base de las reivindicaciones salariales.

Debemos combinar la campaña por el salario, con la agitación contra la presencialidad sin condiciones de Larreta, Acuña y Trotta que a partir de la ola de frío ha vuelto a ser objeto de discusión.

Vamos por:

Aumento no menor a 50% para todas las escalas y cargos, partiendo de un inicial de emergencia de $65.000. Cláusula de actualización automática por inflación. Pase al básico de todas las sumas en negro o con topes. Actualización de las asignaciones familiares. Derogación del impuesto a las ganancias sobre los salarios. Seguro al docente sin cargo equivalente a un salario inicial. Devolución de los descuentos por días de paro. Exigimos plan de obra de infraestructura escolar y reacondicionamientos de escuelas, recursos tecnológicos, conectividad gratuita.


No hay comentarios:

Publicar un comentario