miércoles, 5 de diciembre de 2018

Mi reino por un bono

Como es de público conocimiento la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT) se bajó de un paro, que aún no había anunciado, por un bono que es una vergüenza. Este bono representa un nuevo pacto de la CGT con el gobierno y los empresarios para evitar un aumento de emergencia para todos los trabajadores y la reapertura de las paritarias.

El bono surge después que algunos gremios lograran aumentos de 40 por ciento y ante el terror de las patronales de que se pueda ir a la reapertura de las paritarias. Con ese objetivo surgieron la reunión tripartita y el bono, funcional a los grandes empresarios y a la burocracia, que encontró allí la excusa perfecta para no hacer el paro.

El famoso bono, además, será sólo para los privados (en caso de que las empresas terminen haciéndolo efectivo) y tiene como objetivo desactivar las posibles protestas ante la crisis económica que afecta los bolsillos de las y los trabajadores. No compensa la pérdida salarial por la inflación que, en las propias proyecciones del gobierno y del FMI, rondará entre 48% y 50% anual.

El gobierno ni siquiera le tira una soga a la CGT, más bien le tira un hilito al que la CGT se agarró con fuerza para seguir actuando como dique de contención ante la bronca de las y los trabajadores que hace meses agotamos las estrategias para llegar a fin de mes. Al bono miserable, se suma el problema de los despidos. El gobierno sigue sin poner un freno a las empresas y la CGT le lava la cara justificando “que a partir de ahora tendrán que dar aviso previo a la Secretaría de Trabajo”.

En el sector docente en particular atravesamos las mismas penurias económicas que el resto de las y los trabajadores del país. A esto se suma un recorte feroz en educación, tanto en el presupuesto nacional como en el de la Ciudad, con el porcentaje destinado a educación más bajo de la historia. El gobierno necesita ajustar y lo hace cerrando jardines, profesorados, los IFTS, especulando contratos millonarios con el predio del Romero Brest, ajustando las raciones de lxs pibes en cantidad y calidad.

Mientras tanto CTERA que prometía antes del paro del 24 “que no iba a ser cómplice del presupuesto”, se movilizó a varias cuadras del Congreso.

Desde ADEMYS (Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior)repudiamos el nuevo pacto de la CGT a espalda de los trabajadores y exigimos un paro general de 48 horas con movilización a Plaza de Mayo. Por la reapertura de las paritarias sin condicionamientos, por un salario que equipare la inflación, por aumento para los jubilados y planes sociales; y por la prohibición de los despidos y la anulación de los tarifazos.


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