lunes, 15 de agosto de 2022

Mes de las infancias: la situación de la niñez y la adolescencia en la Argentina

En el mes de las infancias en Argentina, desde Ademys (Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior) nos proponemos aportar un análisis de su situación, en tanto representa un sector de la sociedad particularmente agredido por la agudización de la crisis y su profundización durante la pandemia, y las características del régimen económico, político y social sostenido por los distintos gobiernos a lo largo de los años.

Según un informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, lxs menores de 17 años son el grupo más afectado en sus condiciones de vida. Casi un 65% se encuentra por debajo de la línea de pobreza, según ingresos, y el 15% en la indigencia (UCA, 2022). Entre 75% y 80% de lxs NNyA en situación de pobreza vive en hogares donde la persona responsable está empleada (UNICEF, 2021), lo cual expresa la profundidad del deterioro de las condiciones de vida de la clase trabajadora, del que la docencia no está exenta ya que seguimos cobrando salarios por debajo de la línea de pobreza, y que se agudiza en amplios sectores de las familias y estudiantes de las escuelas públicas.

Del alrededor de 14 millones de niñxs y adolescentes que viven en la Argentina, aproximadamente 1.300.000 trabajan. En las zonas rurales del país, el trabajo infantil representa el 60% del total del trabajo infantil en la Argentina, que en algunos casos implica un trabajo extenuante y de riesgo para NNyA, como lo son los trabajos en plantaciones, tareferas y tabacaleras, entre otras, con una exposición al contacto con herbicidas y agrotóxicos (Página 12, 13/06/2022), como puede verse en los cortos documentales de Claudio Altamirano Tareferos y Tabacaleros. Es justamente en esta zona donde la asistencia a la escuela por parte de lxs menores de 12 a 17 años es preocupantemente baja con relación a otras zonas geográficas. Por supuesto, el trabajo infantil se extiende también en las ciudades y a otras actividades como pueden ser el cuidado de personas, limpieza, cartoneo, entre otras.

Esta situación es agravada debido a la extensión de la pobreza y la indigencia que afecta a más de un tercio de los hogares y a casi el 45% de las personas, incluso aquellas que tienen un trabajo estable, debido a la caída de los ingresos. Cabe recordar que el salario mínimo, vital y móvil se encuentra (en el mes de agosto) en $ 47.850, muy cerca de la línea de indigencia. Debe considerarse que dos salarios mínimos legales no alcanzan a cubrir las necesidades básicas de una familia “tipo” (formada por dos adultos que no pagan alquiler, con dos hijos de 6 y 9 años) que supera los $ 100.000.

Casi uno de cada dos menores en la Argentina no tiene obra social, lo que expresa también la precariedad del trabajo de los adultos a cargo y los problemas que acarrea también el acceso a la salud. Esto tiene un impacto grave en lxs NNyA que tienen alguna discapacidad o requieren de tratamientos médicos o de profesionales específicos y sostenidos para lograr una mejora en su calidad de vida.

Un informe de UNICEF sobre la situación de la infancia y adolescencia en la Argentina, revela que, si bien descendió la tasa de fecundidad de niñas y adolescentes, existe una preocupación especialmente en “provincias del Noreste argentino que tienen hasta seis veces más nacimientos cada 1.000 mujeres de 10 a 19 años que otras del centro o sur del país. Se estima que siete de cada diez embarazos en adolescentes entre 15 y 19 años y nueve de cada diez embarazos de niñas menores de 15 años son no intencionales y, en este último grupo, la gran mayoría es consecuencia de abuso sexual y violación”

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