(Por Ronnie Huete Salgado. http://conexihon.hn/, viernes 8 de julio de
2017)- La máxima casa del conocimiento en Honduras, la Universidad Nacional
Autónoma, se asemeja a un laboratorio de tortura, persecución y campo de
batalla, en donde la Policía Nacional o militar ingresa, cuando así lo deciden
las autoridades académicas, para perseguir con gases tóxicos a los estudiantes
que allí estudian, como si se tratase de un centro penitenciario.
La tiranía persiste en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), al punto que los órganos de seguridad del Estado, ingresan para dar orden de captura a los universitarios entre otras medidas de represión, según las ordenes que reciben de la rectoría universitaria.
30 estudiantes en espera de un proceso
judicial, acusados por los delitos de usurpación, privación injusta de la
libertad y daños, son las causantes que las autoridades de la UNAH,
determinaron para acusar a los universitarios.
Pese a la intervención de la Alta
Comisionada de los Derechos Humanos de la Organización de la Naciones Unidas en
Honduras, Alta Soledad Pazo, quien a través de su equipo de trabajo
internacional condenaron este hecho, las autoridades no están anuentes al
dialogo con este organismo internacional.
Entre los acusados está el periodista y
corresponsal internacional Ronnie Huete, quien se encontraba brindando
cobertura periodística de los hechos el 24 de mayo de 2017, día en que se giró
la orden de captura a 19 estudiantes y que también fue torturado, privado de su
libertad y asaltado, el periodista Ronnie Huete, quien fue víctima de los
atropellos de la empresa de seguridad privada de la UNAH.
Los estudiantes se encontraban realizando
una acción en el edificio administrativo, en protesta por la judicialización
que venían sufriendo tres universitarios desde hace tres años y que ahora han
recibido condena.
Ya son varios los organismos
internacionales que han condenado este excesivo uso de poder de parte de las
autoridades universitarias, sin embargo tal hecho no ha mermado en la
persecución judicial y sistematizada que sufren los estudiantes.
Persecuciones a través de vehículos
desconocidos y amenazantes, acoso de la Empresa de Seguridad Privada del Bajo
Aguan (ESPA), detención ilegal de universitarios utilizando los aparatos de
seguridad del Estado para perseguirlos, amenazas a muerte, son parte de los
dispositivos de poder que utilizan las autoridades académicas de la máxima casa
de estudios, contra los que se oponen a su tiranía.
Una dictadura que los estudiantes se han
dispuesto a llamarla así, puesto que desde el año 2003, los universitarios no
tienen vos ni voto en las decisiones de la UNAH, es decir son una población de
80 mil estudiantes, pero todos son excluidos antes los órganos de gobierno
universitario.
Motivo por el que los estudiantes de la
UNAH, organizados en el Movimiento Estudiantil Universitario (MEU), siguen en
una imparable protesta, cuya duración lleva más de un mes.
Hace 9 días inicio una huelga de hambre
en la entrada principal de la UNAH, en donde 5 estudiantes universitarios,
están arriesgando su vida, con tal de que sus demandas sean escuchadas por las
autoridades universitarias, sin embargo, la rectoría ha ignorado este
hecho.
Los miembros del MEU, día a día organizan
asambleas informativas en cada facultad de cada carrera de la UNAH, en donde
deciden paralizar las clases como una medida de protesta contra los oídos
sordos de las autoridades, ante las peticiones de los estudiantes.
Los guardias de seguridad privada de
ESPA, hacen su ronda de vigilancia como si se tratase de un centro penal y no
una casa del conocimiento superior, los estudiantes que se oponen a este
régimen, son tratados como delincuentes en algunos medios de comunicación, en
donde la apología del odio está más que vigente.
El discurso de las autoridades, se
refiere a los universitarios como vándalos, delincuentes, en fin, adjetivos
propios a la apología del odio y cuyo mecanismo de comunicación se puso en
práctica en la época del sanguinario Adolf Hitler.
La pasada madrugada del 23 de junio,
asesinaron al señor Roberto Gómez, padre de uno de los estudiantes
judicializados por las autoridades de la UNAH, y quien en vida había
proporcionado fuertes declaraciones contra la tiranía de la UNAH.
En relación a ello, teóricos de la
sociología estadounidense aducen el resultado de estos hechos, como parte del
discurso violento que utilizan las personas con mandos superiores ante la
opinión pública de forma repetitiva.
Lo cierto es que este padre de familia,
deseó lo mejor para su hijo y la comunidad universitaria, al solicitar una
educación pública de calidad, su muerte aún sigue impune, aunque la secretaria
de seguridad de Honduras, emitió un comunicado comprometiéndose en la
investigación competente del caso.
Con un presupuesto de 5,500 millones de
lempiras (230 millones de dólares), la UNAH comenzó sus funciones para este año
2017, puesto que el Estado de Honduras otorga el 6 % del presupuesto estatal a
este ente universitario.
Honduras es el segundo país más pobre de
la región latinoamericana, según la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL), sin embargo, este antecedente económico no influye en los
jugosos salarios de los funcionarios en la UNAH, como si se tratase de Paris o
Londres.
Este es el caso de la rectora de la UNAH,
Julieta Castellanos, quien devenga un salario mensual de más de 106 mil
lempiras (4,500 dólares) en un país en donde según la CEPAL la mayor parte de
la población está en la pobreza y el desempleo y sobrevive con un dólar diario.
Siendo esta una de las grandes diferencias que concatenan la miseria de este
país latinoamericano.
Gran parte de la población estudiantil
universitaria conforma este estrato social de miseria, cuyo obstáculo evaden
con algún tipo de actividad que les permita medio alimentarse, transportarse y
con suerte obtener los libros y cuadernos de estudio, puesto que la
administración de la UNAH, no tiene presupuesto para estas grandes
mayorías.
Con un presupuesto aproximado de 550
millones de lempiras (22 millones de dólares) las autoridades universitarias
construyeron el edificio administrativo en donde alberga una fuerte cantidad de
empleados que conforman el engranaje de la burocracia de la UNAH.
Sin embargo, pese a estas fuertes
inversiones, la ausencia de docentes es notoria, ya que los estudiantes al
iniciar cada periodo no tienen quien les imparta su curso universitario, no
tienen un aula física para recibirlo y mucho menos un pupitre en donde
sentarse.
Igualmente, los estudiantes describen en
sus demandas que la calidad de la educación en la academia no es ni medible con
las demás universidades del mundo, puesto que aun estudian con planes de
estudio redactados en la década de los setenta del siglo pasado.
Por tal motivo, los universitarios
proponen efectuar una Asamblea Estudiantil Constituyente Universitaria, un
anteproyecto de ley que permita la participación de todos los órganos de
gobierno de la UNAH, así como la formación y organización de todas las
carreras, a través de las asociaciones estudiantiles.
A través de este ante proyecto de ley, se
pretende eliminar todas las acusaciones penales contra los universitarios, así
como el cese a la persecución estudiantil, puesto que la carta universal de los
derechos humanos, ya establece la protesta como un derecho universal.
Ante todo este panorama represivo y de
peligro para los universitarios, que hacen oposición al régimen que llaman:
“julietista” el mundo a puesto los ojos sobre Honduras, puesto que la defensa
de los derechos humanos, así como para los defensores de la vida, se enfrentan
a un panorama perturbador.
La cárcel o la muerte a través del
asesinato, son las opciones que la tiranía ha brindado a quienes se atreven a
desafiarla, y es que el pasado viernes, el universitario judicializado Armando
Velásquez, fue objeto de persecución cuando fue interceptado por miembros de la
Policía Nacional, cuando viajaba en una unidad de transporte.
El estudiante fue obligado a bajarse del
autobús y fue detenido como un delincuente común, por no portar su carta de
libertad. Dos horas después el estudiante fue puesto en libertad, gracias a la
intervención de organismos de derechos humanos no gubernamentales.
Mientras todo esto ocurre, el Estado de
Honduras, rinde cuentas en el examen ante el comité de derechos humanos de
Naciones Unidas en Ginebra, cuyo evento culmina el día 6 de julio de
2017.
Sin embargo, estos eventos de peso
internacional, no parece importarles a las autoridades universitarias, quienes
de forma agresiva han contestado los comunicados a los organismos
internacionales acreditados en Honduras.
La crisis de la UNAH, sigue su curso, en
medio de represiones físicas, judiciales y varios elementos que moldean una
dictadura al estilo del siglo XX en Sudamérica.
El próximo 25 de agosto de 2017, será la
audiencia judicial contra 19 universitarios y un periodista, quienes serán
puestos a la orden de un juez de los tribunales de sentencia, quien emitirá una
resolución final de este caso.
Todos estos hechos han situado a la UNAH
como un epicentro continuo de violaciones de derechos humanos, en donde
escuadrones de la muerte están más que vigentes y asechando para atacar,
esperando la orden de los altos mandos.
Es imprescindible que los organismos de
derechos humanos internacionales sigan vigilantes de este proceso de crisis en
la UNAH, puesto que las vidas de quienes denuncian estos hechos, están en
constante peligro.
Una vida humana, debe ser cuidada bajo cualquier circunstancia, y en cualquier tiempo, porque de ello depende la convivencia en completa civilización y armonía humana, entre los prójimos.
Una vida humana, debe ser cuidada bajo cualquier circunstancia, y en cualquier tiempo, porque de ello depende la convivencia en completa civilización y armonía humana, entre los prójimos.
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