Como miembros de la comunidad
universitaria y científica expresamos nuestro apoyo a la lucha de los
trabajadores de PepsiCo que enfrentan el cierre fraudulento de la planta de
Florida.
Más de 600 familias quedarían en la calle con la activa complicidad del Ministerio de Trabajo y de la dirección del sindicato de la alimentación que pretende forzar a los trabajadores a aceptar los despidos como política de hechos consumados.
La empresa comunicó su decisión con el eufemismo de “cese de operaciones” y
anunciando una “relocalización” de la planta por razones de “logística y de
costos”. La multinacional estadounidense lejos de atravesar un proceso de
crisis como pretende instalar en la opinión pública para justificar la medida,
ha obtenido enormes ganancias que se traducen en un aumento de la facturación
de la filial local de 800 millones de pesos. En el mes de abril, la propia
compañía anunció un beneficio neto de 1318 millones de dólares en el primer
trimestre de 2017, suma significativamente superior a la correspondiente a
igual período del 2016.
Este ataque se produce en un contexto generalizado de ofensiva contra los trabajadores en distintas ramas de la industria y los servicios. Nosotros mismos como docentes e investigadores estamos enfrentando el ajuste que pretende imponer el gobierno nacional.
La solidaridad activa es hoy una tarea urgente. Por eso, exigimos la reapertura de la planta de PepsiCo y la reincorporación inmediata de sus trabajadores.
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