(Por Antonia Torrebruna. Prensa Obrera, Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, jueves 13 de julio de 2017)- Al
postularse Esteban Bullrich -hombre del Opus Dei- como senador por Buenos
Aires, le dejó su puesto de ministro de Educación nacional a Alejandro
Finocchiaro, quien ejercía ese cargo a nivel provincial. En reemplazo de
Finocchiaro, María Eugenia Vidal eligió a un empresario y lobbysta de los
mercaderes de la educación, con trayectoria internacional. Se trata de Gabriel
César Sánchez Zynny, que ya estaba empleado en el ministerio de Salud
bonaerense, uno de los fundadores del PRO y de amplio recorrido en el ámbito
del lobby empresarial, incluso en los Estados Unidos, país en el que vivió
durante la década pasada. Allí trabajó en el grupo Dutko, una empresa dedicada
al lobby empresarial en las cámaras parlamentarias, una actividad blanqueada en
el país del norte, que implica relaciones públicas y hasta coimas para llevar adelante
proyectos de intererés de las distintas corporaciones. Si bien Sánchez Zinny no
tiene ningún título ligado a la educación, tiene una amplia experiencia en
materia de mercantilización educativa: fue lobbysta del grupo Pearson, poseedor
de los derechos de las cuestionadas pruebas Pisa, que evalúan el nivel
educativo de las naciones mediante un método altamente dudoso.
Su emprendimiento más relevante, fundado
por él mismo y que lo llevó a tener acción en diversos países de América
Latina, es la fundación Kuepa, cuya página se autopromociona de la siguiente
manera: “Tenemos una metodología para que aprendas en corto tiempo y de manera
rápida. Todos nuestros programas están orientados al mercado laboral actual”.
Se trata, ni más ni menos, que un entusiasta de la precarización educativa que
apunta a devaluar los contenidos para formar mano de obra barata para las
empresas. No por nada los principales sostenedores de Kuepa son Techint, La
Anónima (empresa de la familia Braun y del secretario de comercio Miguel
Braun), Citibank, Paladini, Pluspetrol, entre otras.
Ya como funcionario y director ejecutivo
del Instituto Nacional de Educación Tecnológica, Sánchez Zinny firmó convenios
con la fundación “Enseñá por Argentina” que introducen a esa institución en la
realización de “actividades de cooperación institucional y asistencia técnica
en acciones tendientes a fortalecer la calidad de la Educación Técnico
Profesional. Con esta acta se busca desarrollar procesos sistemáticos de
formación que articulen el estudio y el trabajo, la investigación y la
producción”. Una admisión flagrante de la intención de este lobbysta empresario
de poner la educación al servicio de los capitalistas que, además, introduce la
figura del "codocente", jóvenes sin formación pedagógica que cobran
un tercio del sueldo legal docente. Encima de todo, un flexibilizador.
El lobbysta Sánchez Zinny es CEO de
Edunexo, empresa que posee. El nuevo ministro de Educación bonaerense la define
como una “empresa de software educativo, dedicada a proveer servicios a
escuelas y universidades y soluciones digitales para gobiernos, con presencia
en 5 países y 50 empleados”. Es decir, el nuevo ministro de Educación
bonaerense es dueño de una empresa proveedora de bienes a escuelas y
universidades, lo cual se supone reñido con su rol como funcionario.
Sánchez Zinny fundó en 2000, junto al
actual jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, la empresa Edumente
Sociedad Anónima, sita en Alicia Moreau de Justo 846, Puerto Madero, dedicada a
la “prestación de servicios de portales de Internet”, a la venta de “equipos de
informática y programas al por mayor” y que cuenta en su staff con personal
autodefinido como “docente y coach”. Edumente también tiene una sede a nombre
de Sánchez Zinny en República Dominicana, aunque la documentación no permite
dilucidar si comparte la sociedad en la empresa offshore con Rodríguez Larreta.
En definitiva, Sánchez Zinny, el nuevo ministro de María Eugenia Vidal, no es sino un mercachifle de la educación que quiere convertir a los estudiantes en el material barato para que los empresarios exploten a la juventud y le impidan desarrollar todas sus aptitudes y posibilidades.
En definitiva, Sánchez Zinny, el nuevo ministro de María Eugenia Vidal, no es sino un mercachifle de la educación que quiere convertir a los estudiantes en el material barato para que los empresarios exploten a la juventud y le impidan desarrollar todas sus aptitudes y posibilidades.
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