Obviamente
estaba allí hace años. La descubrió una tarde en que llegó corriendo para mear
a las apuradas antes de entrar a clase. Sobre uno de los mingitorios del baño
de hombres de la sede Ramos Mejía del Ciclo Básico Común resaltaba con su
celeste y blanco.
Era
un pedazo de cartón recortado de las tarjetas que daban para viajar en el subte,
antes de que irrumpieran las SUBE. Se trata de un boleto especial, una suerte
de edición limitada conmemorativa del Bicentenario de la declaración de la
independencia argentina. Por eso los colores. Está adherido a una hoja rayada de
cuaderno o libreta y ésta a su vez pegada contra la pared.
La
intervención en birome del anónimo creador dice: “viaje patriótico hacia la nada
nacional y el todo de la burguesía”. A un tiempo críptica y terminante,
fabulosa.
Tanto
le gustó que se la aprendió de memoria. De tanto en tanto se sorprendía a sí
mismo recitándola en el colectivo o mientras se esforzaba por dormir reflexionando
sobre esas cosas de la estética y la política.
La
siesta de ayer ni bien se metió en el baño advirtió que un empleado había
dejado el secador y el trapo de piso a un lado para hacer desaparecer la pieza
conceptual con una espátula. “El arte verdadero es efímero”, pensó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario