sábado, 11 de diciembre de 2021

El martes 23 de noviembre se citó a una Asamblea Universitaria que, como único punto del temario, incluía la prórroga de mandatos de asambleístas, consejos directivos, decanos, Consejo Superior y Rector, hasta 1° de agosto de 2022…


Dicho temario no trata sobre las necesidades de estudiantes, docentes y no docentes que hemos visto empeoradas nuestras condiciones de estudio, enseñanza e investigación durante estos dos últimos años de pandemia, que agravaron la crítica situación en la que está la universidad pública.

Frente a esta convocatoria, la asamblea docente de AGD (Asociación Gremial Docente de la Universidad de Buenos Aires), que reunió a más de 285 docentes el pasado jueves 18, votó por unanimidad el siguiente pronunciamiento:

1. Que se debe avanzar en la democratización de la UBA (Universidad de Buenos Aires), regida aun hoy por el Estatuto de 1958. Esto significa: a) que se reconoce el estatus del trabajo precario, fundamentalmente el trabajo ad honorem, es decir, que lxs docentes paguen por trabajar; b) que lxs no docentes no tengan voto en la constitución de los órganos de cogobierno; c) que no exista el claustro único docente, dejando en manos de solo el 5% de profesorxs titulares, asociadxs y adjuntxs, con concurso vigente, el 50% de los votos totales para los consejos directivos, el Consejo Superior y la Asamblea Universitaria; d) que haya una subrepresentación del claustro estudiantil.

2. Que la UBA siga desconociendo la vigencia del Convenio Colectivo Nacional de la docencia pre y universitaria. ¿Por qué esta tozudez cuando sí reconoce la vigencia el CCT de lxs no docentes? La explicación es relativamente simple: se acabarían los interinatos perpetuos, la no aplicación de la carrera docente y la promoción, el trabajo ad honorem. Es decir, por esta vía, les asegura el manejo discrecional por parte de las camarillas que ejercen el verdadero gobierno de nuestra universidad sobre la planta docente. Les garantiza el “padrón” y, por lo tanto, la permanencia en sus sillones y despachos.

3. Que una verdadera defensa del presupuesto universitario (y no una mera queja) debería llamar a todos los claustros a pronunciarse y movilizarse contra el ajuste que propone el gobierno en el proyecto de presupuesto 2022, enviado al Congreso de la Nación.

4. Que la Asamblea debería incluir en su temario el balance de dos años de educación virtual, sin equipamiento ni conectividad para el conjunto de lxs estudiantes, docentes y no docentes, lo que ha derivado en una mayor sobrecarga laboral, negativa de dispensas, precarización de las condiciones de estudio, académicas y de investigación.


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