La
primera charla fue corta e informal; la segunda ya contó con una suerte de
consensuada agenda previa, y transcurrió más ordenada y extensa. En fin, una
verdadera reunión gremial. Aunque el resultado final entró en dos oraciones: es
imperioso volver a discutir salarios en el segundo semestre dado el avance del
proceso inflacionario y los tarifazos en los servicios públicos. El comunicado
que finalmente votaron y difundieron, en consecuencia, brilló por su brevedad y
contundencia.
Esta
mañana fría, mientras termina el desayuno y se prepara para marchar hacia la
escuela, alcanza a leer en el diario que el sindicato agregó otra demanda. Es
la solicitud al Consejo General de Educación provincial para que “dicho
organismo se abstenga de aplicar las retenciones de los aportes en concepto de
impuesto a las ganancias”.
Advierte
entonces que el punto no se discutió porque hasta el momento esa peste no
afecta a la mayoría. Pero a él sí, aunque no sabe cuánto porque jamás quiso
fijarse en el recibo de sueldo para no deprimirse. “La verdad es que el
aguinaldo completo no me vendría nada mal”, se dice ahora como quien a fin de
mes sueña con encontrar un par de billetes perdidos en el bolsillo de una
campera vieja.
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