El jueves 7 de mayo, a
pesar de la masiva concentración y de las protestas realizadas por docentes,
trabajadores estatales, de la salud, movimientos sociales y organizaciones
políticas, se aprobó en la Legislatura porteña el Proyecto de Ley de
“Emergencia Económica y Financiera” con 38 votos afirmativos (Pro, Radicalismo,
Socialismo, Coalición Cívica) y 21 negativos (Frente de Todxs, FIT).
Si bien en el proyecto
votado finalmente se eliminó la posibilidad del pago en cuotas de salarios -el
art 19 del proyecto original- producto del rechazo que generó y las acciones de
oposición que se hicieron, denuncias, asambleas, petitorio y la contundente
concentración que encabezamos hoy, la Ley votada mantiene congelamiento
salarial, con la consecuente desvalorización de nuestro salario.
El Proyecto aprobado
otorga al ejecutivo porteño la suma del poder público, delegándole facultades
que hacen que Horacio Rodríguez Larreta tenga ahora la potestad de suspender la
vigencia de leyes, por ejemplo, las leyes ambientales, de seguridad, de
transporte, de planeamiento urbano; suspender los mecanismos de democracia
participativa, programas comunales, etcétera. También podrá Larreta
redistribuir la totalidad del presupuesto sin límites definiendo el destino de
todos los recursos de la Ciudad. Al mismo gobierno que ha recortado
presupuestos educativos y de la salud, que ha privilegiado los negociados
inmobiliarios, que ha tomado deuda y gastado millones para armas para las
fuerzas represivas, se le otorga la potestad de administrar los recursos de la
Ciudad sin ningún tipo de límites. A partir de la Ley el Larreta podrá también
modificar contratos, permisos, concesiones, compras reguladas por las leyes sin
límites. Además, la ley habilita la eliminación de programas y contratos de
asistencia vital para las familias más vulnerables de la Ciudad.
El mismo gobierno que
ha llevado adelante la privatización histórica de tierras públicas y de la
reprivatización de todos los servicios públicos de la Ciudad, tiene ahora el
poder legal para profundizar políticas de privatización, mercantilización y
destrucción de recursos públicos, que ya venían siendo diezmados.
En este sentido, se
mantienen en la ley los recortes al presupuesto para las políticas de vivienda,
concretamente a través del recorte presupuestario al Instituto de Vivienda de
la Ciudad, lo que va afectar a los barrios populares. Al día de hoy, por la
falta de infraestructura sanitaria en las villas, 400 mil personas no tienen
agua potable segura.
En síntesis, el
Gobierno que nos dice que “nos quedemos en casa”, “que es una irresponsabilidad
salir”, no da respuesta a ninguna demanda de trabajadores, ni de salud, ni
docentes, ni para las más elementales necesidades de vivienda en momentos donde
crece los casos de coronavirus.
Desde nuestro
sindicato, lejos de aceptar pasiva y obedientemente este brutal ajuste, salimos
a la calle a exigir que se respeten nuestros derechos. No podemos quedarnos
inmóviles aceptando que una vez más seamos las y los trabajadores los que con
nuestros recursos, nuestra vida y nuestros salarios paguemos los costos de la
crisis. Lejos de aquellos que, como la CGT en su acuerdo con la UIA y el
gobierno, o como los sindicatos que dicen oponerse pero no se mueven de su
cómoda cuarentena, aceptando condiciones que empobrecen a la clase trabajadora,
desde Ademys salimos a las calles a exigir que sean los sectores que se han
enriquecido durante décadas, amasando fortunas a costa del saqueo de nuestros
suelo y de nuestro trabajo, quienes pongan los recursos para paliar la crisis.
Desde Ademys (Asociación Docente de Enseñanza
Media y Superior de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires),
seguiremos dando pelea. Seguiremos organizándonos junto a las compañeras y
compañeros, sabiendo que somos las y los trabajadores quienes debemos luchar
por nuestros derechos. Nadie lo hará por nosotres.
No a la Ley de
Emergencia.
No al pago de la deuda
externa.
Que la crisis no se
pague con nuestros salarios y el empobrecimiento de nuestro pueblo.
Que la plata la pongan
las corporaciones y quienes amasaron grandes fortunas.
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