El momento que estamos
viviendo es inédito, nadie nos preparó para afrontar ninguna situación
parecida. Sabemos que, al igual que nosotrxs, están sufriendo presiones de todo
tipo. Presiones que comenzaron con la Ministra de Educación y el mismo Jefe de
Gobierno diciendo que “la escuela sigue”, “que contamos con las herramientas
necesarias para afrontar esta situación” o que “cada niño cuenta con una
computadora para seguir con las tareas en casa”. Esa presión basada en falacias
se transformó en exigencias desmedidas que recayeron tanto en las supervisiones
y en las conducciones como en lxs docentes.
Desde Ademys (Asociación Docente de Enseñanza
Media y Superior) queremos seguir acompañando a las docencia y también a
las conducciones y supervisiones desbordadas, perseguidas, que están solas
tomando decisiones minuto a minuto. Sabemos que tienen que resolver problemas
ligados a la distribución de comida, de conectividad, cuestiones pedagógicas y
burocráticas, lo que genera un malestar que puede llevar a que trasladen esas
mismas presiones al conjunto de la docencia.
El gobierno ha emitido
resoluciones contradictoras que se reproducen en las escuelas y fragmenta al
gremio docente en la medida que algunas supervisiones y conducciones obligan a
lxs docentes a realizar múltiples tareas de tipo administrativas o a encomendar
tareas que exceden a la función docente que en definitiva constituyen una
flexibilización laboral profunda.
No
es educación virtual
Se ha instalado la idea
de que lo que estamos haciendo es “educación virtual o a distancia” y queremos
explicar por qué no estamos de acuerdo. Considerarla de esta manera nos puede
llevar a cometer errores y contribuir a aumentar el malestar que se está
generando en torno a la escuela.
Cuando hablamos de
educación a distancia, hablamos de estudiantes que eligen esta modalidad. La
eligen porque consideran que tienen la autonomía y la predisposición para
hacerlo. La eligen porque cuentan con los recursos, el tiempo, el espacio y la
tecnología necesarias, para trabajar en una plataforma adecuada. No son estas
las condiciones que tenemos hoy en nuestras escuelas.
Lxs docentes en la
escuela evaluamos procesos de aprendizaje teniendo en cuenta el punto de
partida de cada alumnx y su trayectoria escolar. No son tiempos de evaluar.
Creemos que no se pueda exigir que evaluemos a todxs lxs estudiantxs con los
mismos criterios, cuando no todxs acceden a las mismas herramientas y en las
mismas comodidades para llevar la tarea adelante. Lamentablemente, esta
situación acrecienta las diferencias y atenta contra el carácter democrático de
la educación pública.
Desde que empezó el
período de aislamiento obligatorio, lxs docentes hicimos todos los esfuerzos
por conectarnos con las familias, como lo hacemos siempre, pero en condiciones
anormales, para mantener las redes que nos mantienen juntxs para sostenernos, acompañarnos,
escucharnos, priorizando los vínculos personales.
Por esa razón, no
creemos que el volumen de tarea pueda ser el mismo, cuando en las casas no
cuentan con los dispositivos, la conectividad y los tiempos esperados para que
nuestrxs alumnxs se sienten a hacerla. Las familias tienen que resolver el
problema de la alimentación y el cuidado sanitario como problema fundamental,
además de ocuparse, en general, de más de un niñx y de las tareas que se les
envían.
No se puede exigir
avanzar con los contenidos como en tiempos de normalidad cuando lxs docentes
estamos ahí para explicar, debatir, andamiar y construir juntxs el
conocimiento.
Este momento, como
ningún otro, nos lleva a reflexionar continuamente sobre nuestra tarea y, por
eso, queremos compartir estas preocupaciones con ustedes. Como organización
sindical siempre dispuesta a defender los derechos de lxs trabajadorxs y la
educación de nuestrxs alumnxs, apostamos a la reflexión de toda la docencia en
su conjunto para pensar nuestras prácticas en tiempos de excepcionalidad. Ni
las supervisiones, ni las conducciones, ni lxs docentes nos podemos hacer cargo
de tapar los baches, los problemas y las diferencias de acceso a la educación
pública que los distintos gobiernos han contribuido a acrecentar. Sigamos
defendiendo juntxs nuestros derechos y la educación pública.
No hay comentarios:
Publicar un comentario