En los últimos días,
siguiendo el correlato de la obligación de continuar la tarea pedagógica de
manera virtual, han llegado a varias escuelas de las distintas Áreas del Nivel
Medio, diferentes tipos de requerimientos y exigencias de “evaluación” de ese
trabajo remoto que cada docente intenta llevar a cabo dificultosamente con
resultados muy dispares.
A su vez, se exige a
lxs docentes que utilicen una u otra plataforma virtual, sin haber tenido
ningún tipo de capacitación previa, pretendiendo así “asegurar la continuidad
pedagógica”, según las comunicaciones oficiales que han llegado de parte de
algunas supervisiones del Área de Educación Media.
En primer lugar, es
necesario describir por qué se hace absolutamente inviable cumplir con dichos
requerimientos.
Muchxs docentes estamos
cumpliendo con el aislamiento social preventivo y obligatorio teniendo, a la
vez, que atender a nuestrxs hijxs, sin los recursos tecnólogicos adecuados y
con una sobrecarga de trabajo aún mayor que en los tiempos normales. Además de
planificar y armar clases, tenemos que encontrar la manera de comunicarnos con
nuestrxs alumnxs y sus familias para que les lleguen las actividades y dedicar
varias horas a corregir y a realizar devoluciones individualmente. Al mismo
tiempo, nos encontramos con la multiplicidad de realidades, conflictos y
complejidades de todo tipo que atraviesan las familias de nuestrxs alumnxs:
problemas de vivienda, falta de recursos y espacios y un sinfín de cuestiones
que hace imposible “asegurar la continuidad pedagógica”.
Es necesario remarcar,
que en el nivel medio apenas pudimos conocer a nuestrxs alumnxs, ya que tuvimos
solo una semana de clase. Y es sabido que, en el primer mes del año lectivo,
lxs docentes debemos realizar un diagnóstico de nuestros cursos para así poder
armar la planificación anual y diseñar las estrategias de evaluación
pertinentes.
¿Cómo pretenden el
Ministerio, las Direcciones de Área y algunas Supervisiones demasiado
obedientes que “evaluemos” a personas que no conocemos?, ¿Cómo pretenden que,
como se nos pide en el Área de Artística, describamos cuántos alumnxs
respondieron, cuántos aprobaron, cuántos no respondieron y los motivos de la
falta de respuesta? ¿Cómo pretenden, nuevamente, que “aprobemos” o “no
aprobemos” a estudiantes con los que no hemos podido tener ningún tipo de
intercambio presencial, de los cuales desconocemos sus saberes previos, sus
intereses, sus trayectos, frente a los cuales no hemos podido desarrollar ni
exponer ningún contenido más que a través de una pantalla, si es que los
estudiantes la tienen?
Coincidimos en la
necesidad de buscar la forma de garantizar cierta continuidad en el proceso de
aprendizaje de nuestrxs estudiantes, no desechamos las herramientas que ofrece
la tecnología en lo que refiere al envío de materiales de lectura, de
actividades y otros recursos. Pero consideramos que, parte del proceso de
enseñanza-aprendizaje que se da en la escuela pública incluye la construcción
de vínculos, la contención por parte del docente a sus estudiantes para que las
problemáticas que cada estudiante puede tener no obture su derecho a la
educación y el acceso a herramientas que solo la escuela pública puede dar.
Por eso, rechazamos las
“Instrucciones” enviadas a los supervisores y directivos de parte de la
Dirección de Educación Técnica que pretende evaluar a la docencia en su
desarrollo de las tareas durante esta etapa como si fuera un contexto
absolutamente normal. Lo mismo emana de otras direcciones que en lugar de
ocuparse de las necesidades de les estudiantes se enfocan en mecanismos
burocráticos de control de la docencia. Entendemos que no hay condiciones para
cumplir con la confección de los informes que las supervisiones exigen y, mucho
menos, hacer un “como sí” de evaluación ignorando la absoluta excepcionalidad
del período que estamos atravesando y las dificultades materiales y sociales
que atraviesan las familias de la comunidad escolar en un país donde más de la
mitad de la población de entre 0 y 14 años -52,3%- es considerada pobre, y el
13,6% no tiene sus gastos alimentarios cubiertos.
Ademys
(Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior)
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