Luego de la
preocupación manifestada por AGD-FCEyN (Asociación
Gremial Docente de la Facultad de Ciencis Exactas y Naturales de la Universidad
de Buenos Aires) ante el comienzo de las clases con modalidad a distancia,
la gestión de la facultad decidió de manera inconsulta acelerar y proseguir con
la implementación improvisada del comienzo del cuatrimestre con dicha
modalidad. Canceló las inscripciones a las materias y abrió una nueva
inscripción para aquellas materias que serían dictadas a distancia.
Implícitamente, dejó en claro que aquellas materias cuyos/as docentes
consideraron que no podían dictarse a distancia, quedarían canceladas. Mientras
tanto, públicamente, el silencio de las autoridades y la ausencia del consejo
directivo para organizar mínimamente este intento de comienzo de cuatrimestre,
profundizó el caos hacia el interior de los departamentos y las materias, y
favoreció que se ejerciera presión sobre los/as docentes para que pongan en
marcha materias que no cuentan con las más mínimas condiciones de ser dictadas.
La decisión del inicio
del cuatrimestre a distancia ha traído una serie de problemas, por ejemplo:
1. Cómo se van a
implementar las clases prácticas y laboratorios
2. La eventual
postergación de laboratorios para el segundo cuatrimestre
3. El formato de la
modalidad a distancia: videoconferencias, videos grabados, materiales de
lectura, etcétera.
Ante esta problemática
-que, como oportunamente denunciamos, recaerá sobre la espalda de las/los
docentes- han tenido lugar una serie de presiones que no podemos dejar de lado.
Algunos/as docentes
optaron por no ofrecer sus materias en la modalidad a distancia pues
consideraron que una parte sustantiva de las mismas consistían en instancias
prácticas. Estos/as docentes están siendo “instados” por las autoridades de los
departamentos o mediante cartas a Consejos Departamentales de representantes
estudiantiles para que “revieran” su resolución y reconsideraran dictar las
materias “como se pudiera”, por ejemplo, comenzando con las instancias teóricas
a distancia, postergando las prácticas para el futuro cuando se retomara la
modalidad presencial (si es que esto ocurriera en el corto plazo) o sacando
contenidos prácticos de sus materias.
Por otro lado,
autoridades departamentales están presionando a los/as docentes que se
encuentran de licencia actualmente o no deben dar clases durante el primer
cuatrimestre, a que cumplan doble carga horaria durante el segundo
cuatrimestre. ¿Para qué? Para poder llevar a cabo la postergación programada de
laboratorios de las materias. Esta presión que están sufriendo los/as docentes
que se encuentran actualmente de licencia implica un avasallamiento de los
derechos laborales más elementales.
En la misma sintonía,
los/as docentes están sufriendo presiones para que adapten la modalidad de sus
clases. En algunos casos, se resolvió que las clases debían ser organizadas
necesariamente por Zoom para que la clase “fuera lo más parecida posible a la clase
presencial”.
Esto generó
controversia entre algunos/as docentes que plantearon que en las condiciones en
que se encontraban no podían garantizar una clase magistral de 2 a 4 horas
mediante Zoom, pero que podían contribuir cargando presentaciones o grabando
videos para subir a alguna aula virtual. Estas/os docentes recibieron una
negativa tajante como respuesta: las clases debían ser dictadas por Zoom para
emular las clases presenciales, ignorando la imposibilidad didáctica, física,
emocional o psicológica de muchos docentes de realizarlas desde sus casas en la
actual coyuntura.
El
esfuerzo que hicimos y hacemos los docentes
Estas presiones que
estamos sufriendo las/los docentes se montan sobre el silencio absoluto de las
autoridades de la facultad y sobre un intento de poner a los estudiantes en
contra de los/as docentes. El silencio de las autoridades y la desaparición del
consejo directivo favorecen una desorganización funcional a que se expresen al
máximo las distintas presiones sobre la docencia que describimos y a que se
haga responsable a docentes de garantizar este funcionamiento anómalo de las
materias.
Se niegan a dar un
debate público en el Consejo Directivo que expondría todas las limitaciones de
la implementación de esta modalidad a distancia.
En esta campaña, las
autoridades se han valido de representantes estudiantiles -que en muchos casos
forman parte del oficialismo- para ejercer presión (de manera más velada o más
directa) sobre los docentes a través de comunicados y notas a distintos
consejos departamentales. Rechazamos este tipo de presiones y amedrentamientos.
Tenemos precedentes en esta materia, como la presión que ejerce la Franja
Morada en la Facultad de Psicología contra docentes que han decidido no dar sus
materias este cuatrimestre.
El intento de colocar a
las/os estudiantes contra las/os docentes se monta sobre la preocupación
genuina de muchos/as estudiantes acerca de si podrán cursar o no las materias o
si comenzará o no el cuatrimestre. Así, solicitan a los y las docentes que
hagan un “esfuerzo” para garantizar el dictado de las materias a como dé lugar.
Esto va acompañado de la instalación de la idea que los/as docentes bloqueamos
el comienzo de las clases a distancia, porque sencillamente no queremos
adaptarnos a las nuevas tecnologías o no tenemos la voluntad de realizar tareas
que no impliquen presencialidad. Subyacentemente se está fomentando la idea que
aquellas voces críticas en realidad son vagos/as que solo buscan hacer fracasar
el comienzo de las clases.
Las/os docentes de la
FCEyN venimos realizando esfuerzo tras esfuerzo durante los últimos años para
defender la educación pública, gratuita y de calidad, luchando por mayor
presupuesto para educación y ciencia, y por nuestros salarios, que han perdido
sucesivamente frente a la inflación. Fuimos los/as que organizamos la gran
lucha docente de 2018, clases públicas en distintos lugares de la ciudad,
marchas educativas, la defensa de los/as investigadores despedidos del CONICET,
etc. ¿Alguien puede suponer que alguno/a de los/as docentes no realizamos un
“esfuerzo” o boicoteamos de alguna manera la educación?
Cabe aclarar que
numerosos/as docentes e investigadores de la FCEyN se han sumado a iniciativas
voluntarias en función de aportar a esta crisis sanitaria como la fabricación
de alcohol en gel, la fabricación de elementos de protección personal con
impresoras 3D, los voluntarios para realizar los test diagnósticos, etc.
Desde la AGD FCEyN
sostenemos y defendemos la unidad de docentes y estudiantes para luchar por la
educación pública y manifestamos nuestro compromiso pedagógico para sostener
las mejores condiciones para que exista una enseñanza de calidad para todos/as.
Rechazamos y llamamos a los/as estudiantes a rechazar, esta maniobra que
intenta colocar a una parte de los/as estudiantes en contra de los/as docentes
que atenta contra esta unidad que actuó históricamente contra los intentos de
destrucción de la educación en todos sus niveles.
El
abordaje de la pandemia requiere seriedad no precarización
Los/as docentes de la
facultad no fuimos consultados/as acerca de ninguna de estas medidas tomadas;
fuimos incorporados/as en este esquema de improvisación sin mediar debate
alguno. En algunas unidades académicas, se han formado comités de crisis para
abordar las problemáticas que implica esta situación que incluyen al gremio
docente. En el caso de la FCEyN solo fuimos comunicados que las clases
comenzarían el 13 de abril.
Reiteramos que no se
trata de un contexto de normalidad, sino que nuestra vida social y laboral fue
profundamente afectada durante el aislamiento, y probablemente continúe de
manera anómala con posterioridad al mismo. La pandemia puso en crisis a toda la
sociedad, nuestras formas de relacionarnos, de producción, y también de
enseñanza y de aprendizaje. En este contexto sostener un esquema improvisado de
comienzo del primer cuatrimestre es cada vez más inverosímil.
Rechazamos este
simulacro de normalidad, el ataque sobre los derechos laborales docentes y
exigimos se detenga la presión sobre los y las docentes para obligarlos a
participar de esta farsa educativa.
Es a las gestiones de
turno que corresponde elevar el reclamo para que la actual pandemia no afecte
el actual o futuro acceso laboral de las/os estudiantes. Es tarea de la más
amplia unión docente-estudiantil romper el corporativismo y alcanzar los
mayores niveles de solidaridad entre sectores para que la crisis no se
descargue en forma de mayores niveles de precarización o explotación laboral ni
sobre docentes ni sobre estudiantes.
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