Ante la resolución del
rector del 3 de abril expresamos:
Que en este cuadro de
crisis (sanitaria, económica y social) es necesario que la universidad ponga su
conocimiento al servicio de las necesidades de la comunidad.
Que se suspenda toda
“virtualización” forzada, esto es, impuesta por las autoridades de una
facultad, una carrera o una cátedra sobre la docencia pre y universitaria.
Que la reprogramación
propuesta sea discutida, evaluada y aprobada por un comité de crisis donde
participen las gremiales estudiantiles, docentes y no docentes; evaluando el
desarrollo de los acontecimientos.
Exigimos que en este
período se prepare el retorno a las aulas, talleres y laboratorios con un
relevamiento de la infraestructura, y que se doten de todos los elementos de
protección, de higiene y seguridad necesarios. Que se dote a todas y cada una
de las unidades de la UBA de los mismos ya que, en caso contrario se
transformará en un foco de la pandemia.
Que ninguna
modificación del calendario académico puede afectar derechos de docentes,
estudiantes y no docentes. Especialmente no puede afectar los tres trimestres
como se propone en la Resolución del Rectorado. Reclamamos más que nunca plena
vigencia del CCT (Convenio Colectivo de Trabajo) Nacional en la UBA (Universidad
de Buenos Aires), y que se respeten lo estipulado a la extensión de las
jornadas de trabajo, tiempos de trabajo y sus modalidades. Inmediatas licencias
para tode docente comprendide en grupos de riesgo, para aquellxs que lo
requieran por estar al cuidado de niñes y adultes mayores o por cuestiones de
salud.
Desde marzo el
Ministerio de Educación y el Rectorado de la UBA agotaron los intentos por
“normalizar” un año académico completamente anómalo no sólo en relación con la
salud de la población por las consecuencias de la pandemia, sino también por la
alteración radical de las condiciones de vida de docentes, estudiantes y no
docentes a partir de la cuarentena obligatoria.
Los intentos por llevar
adelante una virtualización forzada e improvisada se estrellaron contra la
pared. En los lugares donde se impuso (algunas facultades, universidades
nacionales) los resultados se han revelado inviables: docentes abrumadxs por
carecer de equipamiento necesario, por no contar con tiempo material para
transformar en virtual sus cursos presenciales, por apenas poder responder a
las lógicas demandas de sus estudiantes mientras del otro lado de la pantalla
atienden a sus hijxs o familiares a cargo. Lxs estudiantes –y esto se advierte
en todos los niveles– tienen no solo enormes dificultades para conectarse
(cuando logran hacerlo) o para resolver guías de trabajo que les caen en sus
bandejas de entrada. Un 50% son trabajadores y dentro de elles el 70%
trabajadores precarios, muchos también son cuidadores de menores y/o mayores a
su cargo. Si ya en “tiempos normales” hay deserción y “fracaso” académico, en
tiempos de pandemia este problema se agravaría todavía más.
En ese sentido, la
reprogramación se impuso, como se dice, por la fuerza de los hechos. Sin
embargo, tanto la resolución de la Secretaría de Políticas Universitarias como
la del Rectorado -que se difundieron al insólito horario de un viernes a la
noche- vuelven a mostrar un nivel de improvisación a esta altura escandaloso.
Sobre todo, por dos razones concretas.
En primer lugar, porque
habilitan a que las gestiones de cada universidad y de cada unidad académica
elijan su propia aventura (desventura). Sólo tres ejemplos: Económicas anunció
que continuaría con la virtualización forzada; Ingeniería y Exactas ratificaron
que comenzarán sus cuatrimestres el 13 de abril mediante clases virtuales, y
Sociales adelanta que reprogramará en el período propuesto, adaptando a las
particularidades de sus carreras. Si fuera un restaurant, saludaríamos el menú.
¡Pero es el sistema universitario y la UBA! Esta política desorganiza la vida
académica (y la vida a secas) de estudiantes y docentes. En el caso de lxs
docentes, porque la mayoría trabajamos en más de una facultad, universidad,
nivel educativo o simplemente tenemos otro trabajo dado los bajos salarios que
percibimos y las dedicaciones que tenemos (no designados, ad-honorem, siendo
las dedicaciones simples casi el 70% de toda la planta!).
En segundo lugar, la
reprogramación plantea una fecha de inicio y de cierre de la que se derivan dos
problemas clave. Por un lado, al dar por supuesto que el primero de junio se
podrían iniciar las clases con normalidad, cuando aún no se puede prever si no
deberán mantenerse las restricciones, mucho más dadas las condiciones de
masividad en la que se desarrollan nuestras actividades. Por el otro, quedaría
fijado un cronograma que, en varias unidades académicas, nos obligaría a lxs
docentes a estar en actividad permanente (incluida la virtual a como dé lugar)
hasta enero… ¡Un continuado de tres trimestres!
Desde AGD planteamos de
inicio que, frente a la crisis sanitaria, humanitaria, social y económica se
debían habilitar comités de crisis para enfrentarla, y no tomarnos a los más de
300.000 estudiantes 11.000 no docentes y más de 40.000 docentes como “objetos”
carentes de derechos, imponiéndonos decisiones tomadas por una minoría de forma
inconsulta hacia el conjunto.
Frente al cuadro de
crisis sanitaria y frente a la pandemia sostenemos que cada facultad debe
ponerse a la altura de las circunstancias, dedicando los esfuerzos a lo más
urgente: la salud en esta crisis. Los laboratorios y talleres de nuestras
facultades pueden brindar un gran aporte en este contexto produciendo alcohol
en gel, máscaras, respiradores artificiales, así como desde las especialidades
de otras disciplinas brindar colaboración muy necesaria en esta situación
sanitaria y de aislamiento social.
Con esa posición y
frente a la resolución del Rectorado y las que empiezan a anticipar algunos
decanatos, la AGD plantea, y llevará al Rectorado y a todos los decanatos, los
cinco puntos planteados al inicio de esta declaración.
En un próximo envío
haremos llegar al conjunto de nuestres afiliades un relevamiento para conocer
las condiciones en las que se encuentran, sus opiniones sobre el calendario
entre otros temas.
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