(Por Edmundo Fayanás Escuer. Rebelión, Barcelona, lunes 9 de junio de 2014)- Los últimos datos nos hablan que los beneficios de la educación privada en el curso 2011-2012 rondan los 500 millones de euros, además de otros privilegios, como son las concesiones de suelo, selección del alumnado, poco control sobreactividades extraescolares etc…
¿Se está convirtiendo la educación española en un negocio?
La respuesta es SÍ. Simplemente observemos los últimos datos que están sucediendo en nuestro país. El grupo empresarial NACE dedicado a la educación privada ha sido comprado por el fondo de inversión Magnum Capital Industrial Partners por ciento treinta millones de euros.
Recientemente se acaba de concluir la compra de los colegios Laude (que tiene ocho colegios y nueve centros en España), que pertenecía a los fondos de inversión Dinamia y N+1 a otro fondo de capital de inversión el International School Partnerships (que es el fondo de capital riesgo más importante de Suiza y uno de los más poderosos de Europa) y ha sido vendido por cuarenta millones de euros.
Para facilitar, que estos fondos inviertan en la privatización de la educación de nuestro país, el gobierno del PP ha eximido a los colegios privados y concertados de tener que cotizar a la Seguridad Social las remuneraciones en especies que cobran los profesores. Fíjense lo importante que es para el PP que es la educación privada el único sector eximido del pago que afecta a todos los sectores industriales y colectivos.
Esta medida se hace para que así los fondos de capital riesgo entren en la privatización garantizándoles el máximo beneficio posible e intentando que la educación deje de ser un derecho elemental público.
Con esta práctica privatizadora que lleva a cabo el PP se aleja de los planteamientos de la Unión Europea. España es el segundo país con más alumnos en colegios privados, solo superado por Bélgica, situándose el número de alumnos en privada 22 puntos por encima de la media de la UE.
La media de los países europeos es de un 90% en educación pública y un 10% en educación privada, mientras que en España tenemos un 68% en la pública y un 32% en la privada.
Con la finalización del régimen franquista, fue el gobierno socialista de Felipe González el que extendió los conciertos a la privada, con la finalidad de ordenar las subvenciones que ya estaban recibiendo la iglesia desde la época de Franco. Los socialistas en vez de apostar como sus homólogos europeos por una enseñanza pública de calidad optaron por apostar por el sector privado en detrimento de lo público. Por eso en la Constitución aparece el derecho de los padres de los padres a elegir la educación que quieran y que siempre ha sido esgrimida por los conservadores para la defensa de la educación de la iglesia.
La iglesia española siempre ha estado muy interesada en la educación de los jóvenes como una forma de control social de la misma y asegurarse un futuro poderoso en el futuro. Lo mismo sucede en Bélgica donde la iglesia también domina la educación y sus resultados PISA no son buenos como los de España.
En el año 2000 en España la financiación privada representaba el 12,5% del total y ya en el 2011 ya era el 14,6%, muy por encima del de la Unión Europea.
En este debate sobre la privatización educativa podemos analizar que ha pasado en Suecia, como ejemplo de donde nos lleva la privatización. En la década de los años noventa del siglo pasado, el gobierno liberal-conservador sueco introduce la escuela privada en el sistema educativo, subvencionándola con dinero público. Después de dos décadas de la experiencia educativa privatizadora podemos ya ver los resultados que ha dado.
Suecia, en el año 2000, tenía unos resultados PISA, superiores a los países de la OCDE y muy por encima de los obtenidos por España. Si comprobamos los resultados PISA en Suecia en el año 2012, comprobamos un fuerte retroceso en su resultados, así ha perdido 34 puntos en matemáticas, 27 puntos en ciencias y 23 en lectura. Suecia ya está por detrás de la media de los países de la OCDE y por detrás de España, con ocho puntos menos en matemáticas, once en ciencias y cinco en lectura.
El exdirector de la Agencia Nacional de educación sueca, Ulf P. Lundgren no ha podido obviarla siguiente reflexión “con el sistema privatizados han aumentado las diferencias entre las escuelas…., los centros independientes tienen profesores peor formados que los del sistema público….., y hay casos en los que el propietario ha hecho fortuna con los impuestos de los ciudadanos y otros en los que los colegios han tenido problemas financieros y han cerrado, provocando una pérdida de un año de estudio a los alumnos”.
En los últimos diez años en Suecia se han quedado en la calle casi tres mil alumnos de colegios privados, lo que ha originado un fuerte sock en la sociedad sueca así como los resultados de PISA de los últimos años.
La profesora Ulla Ríos de la universidad de Upsala (Suecia) hace la siguiente reflexión “los alumnos con mejor nivel socio cultural han ido a las escuelas concertadas, y lo de peor status a la pública, esto ha provocado la pérdida del llamado efecto del compañero de pupitre, según el cual se ha estudiado que los alumnos de mejor rendimiento académico ayudan a mejorar los resultados de todo el grupo, y las expectativas de padres y tutores sobre el grupo también motivan que todos eleven el rendimiento”. Esto es algo en que la inmensa mayoría de los docentes españoles estaríamos de acuerdo.
Es un hecho reconocido como clásico y básico que con los sistemas privatizadores provocan una duplicación del sistema educativo y está en el origen de la segregación educativa y cultural generando sistemas educativos no igualitarios.
Como dice el profesor de Política Educativa, Antonio Olmedo de la universidad de Roechomyn en Londres “en general, los sistemas segregadores obtienen peores resutlados que los generales. Suelen aumentar el rendimiento de una parte de la sociedad pero no del conjunto”.
Si buscamos un sistema educativo eficiente y no discriminatorio, está claro que el sistema dula público-privado, es un mal sistema para el conjunto de la sociedad española. Hoy más que nunca en España hay que defender la educación pública y denunciar a todos aquellos como el PP que ven en la educación una fuente de negocio privado. Debemos exigir que estén fuera de la educación fondos de inversión, de capital riesgo e incluso las propias organizaciones eclesiásticas, que tienen como fuente de subsistencia económica y de poder la educación.
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