La
Federación Universitaria de Buenos Aires
rechaza el acuerdo anti-nacional entre YPF y Chevron. La firma del acuerdo fue
precedida por un decreto colonial de la presidente Cristina Kirchner, que le
aseguró a la ex Standard Oil -y al conjunto de los pulpos petroleros-
condiciones leoninas, que implican la posibilidad de exportar sin retenciones
el 20% del petróleo extraído y remitir las ganancias obtenidas al exterior.
Este acuerdo se produce tras una década de saqueo petrolero, alentado por el
gobierno kirchnerista, que introdujo a su socio Eskenazi en la operación de
vaciamiento que protagonizó Repsol. Reivindicamos la posición que la Fuba votó
en su Congreso de mayo de 2012, cuando denunciamos que la salida de Repsol era
un paso hacia una nueva reprivatización petrolera. En aquel momento, el
movimiento estudiantil de la UBA había señalado que “la medida tomada por el
gobierno nacional en relación a YPF no apunta a una real nacionalización
petrolera. El proyecto de ley del gobierno establece que seguirá siendo una
sociedad anónima (…) habilitada para acuerdos con los grandes monopolios
petroleros”. Nuestra posición se ha visto categóricamente verificada por los
acontecimientos.
Conocido
el acuerdo con Chevron, la comunidad mapuche de Neuquén resolvió la toma de
pozos petroleros del área de Vaca Muerta. Los pobladores denuncian que la
explotación del gas no convencional se realiza a través del método conocido
como “fracking”, que está prohibido en otras partes del mundo porque provoca la
contaminación de las napas y el debilitamiento de la cohesión del sueldo,
incrementando los efectos sísmicos típicos de la coordillera. Recordemos que un
mes atrás, por orden de la presidenta, la procuradora Gils Carbó había
intervenido logrando que la Corte Suprema fallara a favor de Chevron, en un
embargo que la petrotelera tenía en nuestro país a raíz del desastre ambiental
que había producido en Ecuador. Los intereses de la multinacional yanqui fueron
más fuertes que toda la demagogia sobre la “integración latinoamericana”.
La
Fuba rechaza esta política de entrega, que sólo traerá más saqueo y destrucción
del medioambiente. La libre explotación y remisión de divisas significa no sólo
la pérdida de soberanía de nuestros recursos naturales sino que es la
profundización de la dependencia y a todas vistas insustentable desde el punto
de vista social, ambiental y estratégico. Por nuestra parte, recuperamos el
planteo que hicimos en nuestro Congreso de 2012: “la Fuba se pronuncia por la
expropiación del 100% de YPF y todas las empresas petroleras sin ninguna
compensación, por una empresa nacional estatal única que funcione bajo control
y gestión de sus trabajadores. Por la nacionalización de la banca y un plan energético
controlado por los trabajadores”.
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