(Clarín. Desde Santa Rosa, La Pampa, jueves 6 de junio de 2013)- Los
maestros pampeanos realizaron ayer un masivo paro y una marcha multitudinaria
contra la violencia escolar y en repudio de una seguidilla de ataques a los
docentes. Fueron unos 3.000 los que se manifestaron en Santa Rosa hasta la Casa
de Gobierno, para pedir políticas institucionales sobre el tema y cargos que
mejoren la enseñanza en las escuelas.
Los ataques a los
docentes empezaron el 3 de mayo, cuando la madre de una alumna atacó a golpes a
la maestra de primer grado Mariana Martínez. Entró a la escuela y la agredió a
golpes. Fue porque la docente pidió una asistente social ante los problemas que
presentaba la nena de 6 años. La Justicia le aplicó a los padres una
restricción de acercarse a menos de 200 metros de la maestra y la directora,
con excepción del colegio.
Otra caso: el 10 de
mayo, el padre de un alumno de segundo año de la Escuela Normal, un colegio
secundario, atacó al director y a dos preceptoras. El agresor fue a la escuela
porque la avisaron que a su hijo lo habían golpeado con un celular. A una de
las perceptoras la empujó y la tiró al piso.
El 17 de mayo, en el
Colegio República, los padres de un chico golpearon a una alumna de 15 años,
compañera de su hijo. Entraron a la escuela y la atacaron a golpes.
Por todos estos
episodios y otros, la bronca de los docentes estalló. Primero en el Escuela
Normal donde los profesores hicieron una asamblea y lanzaron un documento con
críticas al Ministerio de Educación. Después, en otra jornada, unos 300
maestros se convocaron en la Plaza San Martín y le exigieron al gremio UTELPA
una medida de fuerza.
Carlos García, maestro
de 4º grados de la Escuela 1, dijo en marcha: “Esto es un basta. Hace falta
diálogo. Pero real, para ir a las cosas de fondo. Mabel García, profesora de
secundario y vicedirectora, dijo que “la escuela es el último bastión que queda
en pie. A la escuela le interesan los estudiantes, alumnos, adolescentes y
jóvenes y lo que está demandando son tiempos, espacios y recursos para poder
hacerlo. Debe haber políticas integrales ya que aparece el Estado mirando para
otro lado respecto de las problemáticas sociales que se tienen y que
naturalmente repercuten en la escuela”. Marcela, maestra jardinera, dijo que
“hay violencia en todos los ámbitos. Pero no hay respeto al docente. Nos
sentimos solos. Las condiciones sociales, las familias de los alumnos y la
sociedad cambiaron”.
Los profesores de la
Escuela Normal en su documento culparon al Ministerio de Educación por la
violencia. “Para las autoridades, la inclusión garantiza la igualdad de
oportunidades. El Ministerio facilita que el alumno transite por el sistema sin
ningún compromiso por el aprendizaje; no quedar libre por faltas, ni por
acciones violentas. Pero hay una expulsión hacia arriba”, concluyeron.
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