A más crisis menos
becas. Es la conclusión del primer año de aplicación del nuevo decreto de becas
puesto en marcha por el ministerio de Educación este curso 2012-1013. "Los
datos que manejamos y su extrapolación estadística permiten llegar a la
conclusión de que al menos un 12,21% de los actuales becados han perdido la
ayuda este año por la aplicación de los nuevos requisitos académicos
introducidos por el departamento de José Ignacio Wert. Es el impacto
estadístico que ha tenido la elevación de un 5 a un 5,5 de la nota exigida para
acceder a la universidad en primer curso, y del endurecimiento del porcentaje
de créditos aprobados para renovar la beca en el resto de cursos", señala
Juan Hernández Armenteros, profesor de Economía Aplicada en la Universidad de
Jaén, y experto en financiación universitaria. El estudio realizado por
Armenteros y José Antonio Pérez García, economista y gerente de la UPV, analiza
el impacto del decreto de becas mediante la extrapolación al conjunto del
sistema universitario de los datos registrados en dos universidades: una
generalista y de tamaño mediano, la de Jaén, y otra especializada y de gran
tamaño, la Politécnica de Valencia.
"En dos años el
ministerio recortará un tercio el gasto real en becas"
Según este análisis, el
nuevo decreto de becas ha tenido dos claras consecuencias: hay menos alumnos
con ayudas (a pesar de que las solicitudes se han incrementado este año por
efecto de la crisis) y el ministerio de Educación se gastará 110 millones de
euros menos que el curso pasado. La situación será mucho peor el próximo año
con la entrada en vigor del nuevo decreto de becas que ultima el ministerio y
que establece criterios aún mucho más restrictivos. Para el acceso a la
Universidad, la nota pasará del 5,5 actual a un 6,5 y además, para renovar la
beca habrá que aprobar el 100% de los créditos matriculados en todas las
enseñanzas, salvo en el caso de los estudios técnicos donde se exigirá un 85%.
Estas nuevas exigencias, unidas a los nuevos criterios de reparto que reduce la
cuantía de la práctica totalidad de las ayudas, supondrá, según las
proyecciones estadísticas incluidas en esta investigación, que uno de cada tres
becados dejará de percibir la ayuda en el curso 2013-2014. "Calculamos
que, en consecuencia, el ministerio ahorrará el próximo año unos 315 millones
de euros en becas, lo que supone un recorte de un tercio en el gasto real en
becas universitarias y con lo que retrocederemos a niveles de inversión de hace
una década", señala Hernández Armenteros.
"En dos cursos
pasaremos de un 23% de becados en el sistema universitario a apenas un
16%"
Según Armenteros, el
nuevo sistema reducirá drásticamente el porcentaje de alumnos beneficiados por
una beca que se había conseguido elevar en los últimos diez años en España.
"Con mucho esfuerzo se había conseguido que un 23% del total de
universitarios contaran con algún tipo de ayuda, ahora de un plumazo, en apenas
dos cursos, volveremos a unas tasas de cobertura en becas de apenas un 16%,
cifras similares a las que había en el curso 2003-2004. Y lo más preocupante es
que aún no sabemos cuántos de los alumnos que pierden la condición de becados
perderán definitivamente la condición de estudiantes universitarios. Es decir,
cuántos alumnos quedarán fuera de la universidad por no poder pagar los
estudios".
Esa circunstancia
comienza a aflorar de manera preocupante en muchos campus, con decenas de miles
de alumnos que engrosan la lista de impagos y que en las últimas semanas acaban
de recibir la confirmación de que se les deniega la beca. Además, este curso
quienes no aprueben al menos el 50% de los créditos y fueran beneficiarios de
una ayuda, no sólo la perderán sino que tendrán que devolver la cuantía de la
ayuda percibida. Una situación que puede ser dramática para muchas familias que
pasarán a tener la condición de "morosas", es decir, el ministerio de
Educación podría proceder al embargo de las cantidades correspondientes.
"No es justo
exigir mayor esfuerzo académico sólo a los becarios"
Armenteros cuestiona
los criterios del ministerio para endurecer los requisitos académicos de cara a
la obtención de una beca. "Se puede hablar de exigencias de rendimiento
académico, que por cierto ya existen, pero siempre y cuando sean para el
conjunto de los estudiantes y no dependan de su situación económica. Una beca
es para compensar la desigualdad económica en el acceso a un derecho, es una
forma de garantizar que unos recursos más modestos no van a impedir a un joven
poder estudiar. Por eso no comparto la idea de que sólo se exija más esfuerzo
sólo a quienes objetivamente lo tienen más complicado".
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