Que no jueguen con nuestras vidas
1.
La pandemia no está controlada
A poco más de un año
del inicio de la pandemia los datos son contundentes: más de 106 millones de
contagios y más de 2.318.000 muertes, con 192 países afectados,
(https://coronavirus.jhu.edu/map.html), y más de 4000 mutaciones del virus
(https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/coronavirus-4000-cepas-variantes-covid-19-vacunaspandemia-nid2592289).
Distintos estudios científicos vienen dando cuenta de secuelas que deja el
virus en quienes lo han padecido y superado (https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/problemas-delcovid-19-que-se-prolongan-tras-infeccion).
La enorme conquista
científica que significó la obtención de diversas vacunas en un tiempo récord
se ha visto empañada rápidamente por la guerra de los grandes monopolios
farmacéuticos por su distribución y el control de los “mercados” para esa
vacuna. El problema de la vacunación masiva de la humanidad se ha transformado
en un problema político de primera magnitud y ha puesto en la agenda mundial el
tema de la propiedad privada de las patentes.
Con casi 2 millones de
contagios, Argentina se encuentra entre los países más afectados por la
pandemia, algo completamente lógico si se tiene presente la situación social y
sanitaria completamente desbastada en la que irrumpió el virus, luego de
décadas de ajuste y privatización de la salud.
El gobierno nacional y
los provinciales han ido desmantelando poco a poco el precarísimo sistema de
prevención que habían montado en marzo pasado (ASPO, IFE, ATP, etc.) y hoy
buscan viabilizar la “normalización completa” que exigen los grandes
capitalistas poniendo fin a la “cuarentena educativa”, la última trinchera
sanitaria que queda en pie. Es necesario destacar que esta “normalización”
implica sumar 15 millones de personas a la circulación social diaria, con un sistema
sanitario que no ha sido reforzado y con un sistema de transporte anárquico, al
servicio de empresarios parasitarios.
Por otro lado, la mayor
parte de los países que han intentado volver a la presencialidad educativa han
fracasado. Alemania acaba de cerrar nuevamente las escuelas ante la evidencia
de la multiplicación de los contagios. En EEUU, Brasil y en otros países se
están desenvolviendo grandes huelgas docentes en defensa de la salud y la vida
(https://www.cnnbrasil.com.br/nacional/2021/02/08/professores-da-rede-paulista-entram-emgreve-contra-volta-das-aulas-presenciais).
2.
El problema de la presencialidad educativa
Es en este contexto que
tenemos que considerar el problema de la presencialidad educativa que plantean
el gobierno y la oposición derechista.
Como se ha señalado, la
presencialidad es un reclamo del gran capital, especialmente de la UIA, que
pretende por esta vía dejar de pagar las dispensas laborales a los trabajadores
que han tenido que quedarse en casa al cuidado de sus hijos. La Iglesia se ha
sumado a este reclamo, en su condición de principal patronal educativa del país
(la educación privada es una de las ramas económicas más afectadas por la
pandemia). Este planteo es el que, a nivel mundial, esgrimen los Trump y los
Bolsonaro.
El reclamo de
presencialidad suma también en menor medida a otros sectores, cuya preocupación
podría ser entendible si tenemos presente los resultados educativos de 2020.
Pese a los enormes esfuerzos que ha realizado la docencia y el estudiantado, el
abandono completo por parte del gobierno y de las autoridades, ha tenido
fuertes consecuencias pedagógicas y educativas que aún es necesario medir:
deserción estudiantil, sobrecarga y precarización laboral, relegamiento de
contenidos y prácticas, etc.
Pero la presencialidad,
NO es una solución en este contexto de pandemia, sino la antesala de una
catástrofe mayor.
3.
Garantizar los recursos para la educación virtual
En una situación
extraordinaria como la que vivimos, existiendo la posibilidad tecnológica de
poder desenvolver, aunque sea parcialmente, prácticas pedagógicas de modo
virtual, es necesario garantizar las condiciones para que estas sean posibles,
por lo menos en el primer semestre de este año: provisión masiva de
computadoras (se estima que faltan 5 millones), gratuidad completa de datos y
ampliación de la red de internet, plataforma nacional educativa, inversión y
recursos para poner en pie la infraestructura educativa que incluya el
transporte hacia y desde los centros educativos, personal docente suficiente
para evitar la precarización laboral, salario igual a la canasta familiar (hoy
en más de $100.000), derecho a desconexión, pago de los costos de la
virtualidad por parte del Estado, plena vigencia de las dispensas laborales y
pago de suplencias, plena vigencia del CCT (Convenio Colectivo de Trabajo),
etc.
Esto, sumado a una
vacunación general de estudiantes y docentes puede construir un escenario
distinto para el segundo semestre que quizás haga posible otra modalidad.
Las previsiones
sanitarias oficiales dan cuenta de que en marzo/abril se producirá un nuevo
pico de contagios. En pleno verano, y aún sin un desarrollo masivo de las
nuevas cepas (mucho más contagiosas) Argentina ha mantenido un alto número de
contagios. La vacunación no está avanzando al ritmo que se necesita para evitar
una segunda ola como la que asola Europa. Países como Israel, que han vacunado
masivamente a su población, han visto descender bruscamente los contagios.
En este escenario, la
Resolución del COE, aprobando los “protocolos” que la UNT (Universidad Nacional
de Tucumán) ha elaborado clandestinamente al margen de la Comisión de Higiene y
Seguridad establecida en nuestro Convenio Colectivo de Trabajo es un atentado a
la salud de docentes, nodocentes y estudiantes.
Desde la conducción de
ADIUNT hemos rechazado esta Resolución y vamos a accionar legalmente contra
ella y contra las medidas que están tomando las autoridades, tanto de la UNT
como de algunas Facultades y Escuelas.
Asistimos a una suerte
de remake de lo que pasó en marzo pasado, cuando desde ADIUNT le reclamamos a
las autoridades que tomaran medidas 20 días antes de que la UNT y el gobierno
nacional se dieran por enterados de que estábamos ante una pandemia. Solo que
esta remake puede ser más trágica. La pandemia no está controlada. No vamos a
permitir que jueguen con nuestras vidas y la de nuestras familias.
4.
Nuestras tareas urgentes
La reunión conjunta de
Comisión Directiva y Cuerpo de Delegados de ADIUNT debe analizar a fondo todos
estos temas y convocar al conjunto de la docencia y al estudiantado a deliberar
y a desenvolver un plan de lucha para garantizar nuestras condiciones de vida,
estudio y trabajo.
En Argentina, como en
otros lugares del mundo, se está abriendo paso un proceso de lucha docente con
eje en la defensa de la vida y de nuestros salarios. En Tucumán, el miércoles
10 tendrá lugar una caravana de los docentes provinciales, organizada por los
Docentes Autoconvocados junto a algunos sindicatos y agrupaciones disidentes
(Sadop, Udt, etc.)
La situación en las
escuelas preuniversitarias requiere un debate específico y urgente. En igual
sentido, Bioquímica, donde hace punta una embestida “presencialista”.
Es necesario, en el
marco de un debate general, establecer acuerdos claros y precisos sobre qué
tareas educativas y acciones que requieran presencia física no pueden ser
transitoriamente reemplazadas, y ponerlas en práctica con protocolos y todos
los controles necesarios. En particular, sin sobrecargar laboralmente a los
docentes.
Es particularmente
necesario denunciar el examen de ingreso de la Facultad de Medicina como un
doble atentado a la salud pública. Por un lado, por el riesgo sanitario que
implica un examen que involucra a miles de personas. Por otro lado, porque
busca perpetuar un filtro a favor de los negocios privados de la medicina. Toda
esta década estará signada por la pandemia, nuevos virus y debates médicos, y
necesitaremos miles de médicos y enfermeros. El mantenimiento de este filtro es
completamente reaccionario. Exigimos que la UNT derogue de inmediato este
examen de ingreso y duplique los recursos y el personal docente de los primeros
años de estas carreras prioritarias para dar cuenta de esta necesidad.
Un debate particular
tendremos que darnos en relación a nuestra obra social, ASUNT. La situación ha
llegado a un punto límite y nuestra salud corre serios riesgos. Estamos ante un
problema sanitario de conjunto que reclama medidas urgentes y una nueva
conducción de nuestra obra social, elegida por los afiliados.
Esperamos tener un
fructífero debate y poder abrir paso a asambleas de cada facultad y escuela y
luego a una Asamblea General, que resolverá, como es nuestra tradición, los
pasos a seguir.
Diego
Toscano, Secretario General de ADIUNT (Asociación de los Docentes e
Investigadores de la Universidad Nacional de Tucumán)
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