(Por Ernesto Azarkevich.
Clarín, miércoles 31 de mayo de
2017)- Los estudiantes del Instituto Madre Teresa Michel de la ciudad de
Montecarlo, Misiones, decidieron no ingresar a las aulas tras constatar que la
representante legal del colegio había dispuesto la instalación de cámaras de
seguridad y micrófonos en esos salones, la oficina de los profesores y la
rectoría.
Docentes y alumnos
mudaron las clases al patio del colegio ante la férrea negativa de la
representante legal, la religiosa Bernardete Riedmaier, de retirar los
dispositivos. La instalación inconsulta de las cámaras y micrófonos fue
considerado como “una locura” por parte del rector, Ángel Tavares.
El directivo, que está
al frente del colegio desde hace más de una década insistió en que “es una
barbaridad porque muchas veces en la rectoría se tratan temas muy privados con
los padres de los alumnos y es insostenible que alguien esté viendo y
escuchando todo”.
Tavares dijo que en el
colegio no tuvieron problemas de inseguridad, que es el argumento utilizado por
Riedmaier para justificar la instalación de las cámaras de alta definición.
“Creo que tiene más que ver con el control ideológico”, estimó el rector.
Un grupo de padres
intentó reunirse con la representante legal del colegio, pero no fueron
recibidos. Sólo recibieron una nota en la que Riedmaier les informó que no
quitarán las cámaras y micrófonos. Y alegó que la instalación de los
dispositivos se mantendrá “en virtud de la seguridad de nuestros docentes y
alumnos”.
Sonia Romero, madre de
una alumna, consideró que “la colocación de las cámaras dentro de los salones
es una invasión a la privacidad”. Otros padres no descartaron recurrir a la
Justicia.
Por su parte, el asesor
jurídico del Servicio Provincial de Educación Privada de Misiones (SPEPM),
Guillermo Hassel, sostuvo que hay resoluciones judiciales contra la instalación
de cámaras en las aulas. El funcionario dijo que “sí se permite en espacios
comunes como elemento de seguridad” y dijo que se reunirán con los directivos
del Instituto para ponerlos al tanto de la jurisprudencia.
El colegio pertenece a
la congregación Pequeñas Hermanas de la Divina Providencia, que enviaría desde
Buenos Aires a otras religiosas para intentar solucionar el inesperado
conflicto.
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