Con el título "Un voto a favor del regreso de la historia social" la revista de cultura Ñ publicó el lunes 12 de enero de 2015 el que -dice- es uno de los últimos ensayos del sociólogo alemán Ulrich Beck (foto), quien murió inesperadamente hace unas dos semanas. Se trata de un elogio de la obra de su colega Zygmunt Bauman, más precisamente un "discurso laudatorio" pronunciado ante la Sociedad Alemana de Sociología, cuya traducción estuvo a cargo de Carla Imbrogno. Se puede leer completo aquí.
Aquí interesa subrayar poco más de un párrafo en el que se afirma:
"Bauman (...) prioriza la noción de 'interregno', la pregunta por cómo el orden social y político del mundo actual se desmorona sin que haya un nuevo orden mundial a la vista. Este renacimiento de la historia social anunciándose por doquier en excesos de violencia pone en evidencia el increíble optimismo de las teorías sociales corrientes y de la crítica cultural de moda: sería bueno que la racionalidad de control, burocrática, sombríamente pronosticada por Max Weber, aún controlara; sería bueno que, como anunciaron Adorno y Foucault, el único terror que nos dominara fuera el del consumo y el humanismo; sería bueno que se pudiera restituir la ausencia de falla de los sistemas apelando a la autopoiesis . Sería bueno que, en efecto, sólo se tratara de una crisis de la modernidad, susceptible de ser mitigada con fórmulas litúrgicas como: más mercado, más tecnologías, más diferenciación funcional, más elección racional, más crecimiento, más ajuste, más armas, más drones, más computadoras, más Internet, etc. (...) No es una deshonra reconocer que hasta a nosotros, los científicos sociales, nos faltan las palabras frente a la arrolladora realidad".
Es por demás significativo el diagnóstico antes que la perspectiva teórica general de Beck y/ o de Bauman. Hemos entrado en la zona roja del desquicio.
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