“Paren
de fumigar escuelas”, es la campaña en la que intervienen
asambleas socioambientales, gremios docentes y padres de alumnos. Dan
cuenta de miles de escuelas rurales rodeadas por cultivos
transgénicos, donde llueven agroquímicos sobre niños y maestros.
En Córdoba denuncian que al menos 400 escuelas padecen fumigaciones
y, en Entre Ríos, un relevamiento sobre tres departamentos reveló
que el 70 por ciento de las escuelas rurales fue fumigada. El único
informe oficial del país sobre escuelas y agroquímicos se realizó
en Coronel Suárez, provincia de Buenos Aires: 41 establecimientos
educativos fueron fumigados. Solicitaron la intervención de
autoridades provinciales y nacionales, pero aún no obtuvieron
respuesta, según cuenta en su crónica para Página
12 el periodista Darío
Aranda.
El
cartel blanco sostenido por postes semeja las señales de tránsito.
Es blanco con letras negras que resaltan: “Atención escuela. Señor
aplicador y productor. No fumigar”. Y detalla las leyes que
protegen a alumnos. El cartel sobresale frente a la escuela Nº 54 de
Colonia Caseros, departamento de Uruguay, Entre Ríos. Es una
iniciativa del sindicato docente de Entre Ríos (Asociación Gremial
del Magisterio, Agmer) y la Asamblea Ciudadana Ambiental de
Concepción del Uruguay, que comenzaron a articular acciones en marzo
de 2012 por las denuncias de maestros y familiares de alumnos de
escuelas rurales.
Un
caso testigo sucedió en octubre de 2012, cuando fue fumigada la
escuela rural Nº 66 de Gualeguaychú. Los chicos padecieron picazón
en los ojos, dolores de garganta y vómitos. Los químicos
denunciados fueron glifosato, 2.4D, atrazina, clorpirifos, fipronil y
deltametrina.
El
sindicato y la asamblea comenzaron un relevamiento en toda la
provincia. Ya avanzaron en tres departamentos (Uruguay, Nogoyá y
Gualeguaychú). Sobre 74 escuelas censadas, el 70 por ciento fue
fumigado (52). En el departamento de Uruguay sufrieron aspersiones 15
escuelas de las 28 censadas. En Nogoyá, 18 sobre 23. Y en
Gualeguaychú fueron fumigadas 19 escuelas sobre 23 relevadas.
Confirmaron casos de afecciones en la piel y vías respiratorias de
chicos y maestros, vómitos y problemas gastrointestinales.
“No
se cumple con las leyes y disposiciones en cuanto a extremar
precauciones y evitar el daño a terceros. Hay escasa contención de
parte de los organismos estatales que debieran hacer cumplir las
pocas disposiciones de protección vigentes”, señala el informe
entrerriano y, mediante imágenes satelitales y fotos, evidencian la
cercanía de escuelas y campos transgénicos.
La
legislación provincial estipula 50 metros de distancia, pero no se
cumple. Docentes y asambleístas aún no definieron cuál debiera ser
la distancia, pero coinciden: “Es absurdo que haya sólo 50 metros
entre campos fumigados y escuelas”, afirmó Jorge Bevacqua, de la
Asamblea Ciudadana Ambiental de Concepción del Uruguay.
En
Buenos Aires hubo denuncias de escuelas fumigadas en Exaltación de
la Cruz, Cañuelas y Los Toldos. “Hay muchos casos, pero los
docentes tienen miedo. Algunos directivos y funcionarios son amigos
de empresarios sojeros. Además está Cargill, que hace donaciones a
las escuelas y eso complica todo”, explicó Margot Goycochea, del
Foro Ambiental de Los Toldos.
En
Cañuelas, en 2010, se sancionó una ordenanza (la 2671) que regula
la aplicación de agroquímicos, tomada como referencia por otras
localidades. Limita las fumigaciones a 2000 metros de poblaciones
urbanas y 200 metros de distancia de escuelas rurales. Diana Iceruk,
periodista y asambleísta socioambiental, asegura que la ordenanza
“no se cumple plenamente, se continúa fumigando en zonas
prohibidas”.
Medardo
Avila Vázquez forma parte de la Red de Médicos de Pueblos
Fumigados. Detalló que en Córdoba los mayores problemas se dan en
septiembre con las aplicaciones de glifosato, 2.4D y atrazina. “Son
de tres a seis aplicaciones antes de la siembra de
noviembre-diciembre, los chicos aún están en las escuelas y los
fumigan sin reparos”, denunció.
El
médico explicó que, además, en marzo aplican “desecantes” para
eliminar la humedad y cosechar. Aplican 2.4D y paraquat. Estimaciones
de Médicos Fumigados y sindicatos docentes provinciales señalan que
en Córdoba hay 1500 escuelas a menos de 1000 metros de campos
fumigados. “De esas 1500, hay 400 escuelas rodeadas de campos de
soja y maíz transgénico. Unos 12 mil alumnos y 900 maestros están
expuestos a los agrotóxicos”, afirmó Avila Vázquez, que también
forma parte de la “Campaña escuelas fumigadas nunca más”. Los
casos se repiten en todas las provincias con cultivos transgénicos:
Santiago del Estero, Salta, Santa Fe, La Pampa y Formosa, entre
otras.
La
Red de Salud Popular Ramón Carrillo, de Chaco, realizó numerosas
denuncias en los últimos años. La escuela Nº 552 de Pampa del
Indio, donde se fumigaba con los chicos en clases; la escuela Nº 141
Fortaleza Campesina, en el departamento General San Martín, donde se
usó glifosato a menos de 100 metros de los alumnos; y la escuela Nº
257 de Tres Isletas, son sólo algunos de los casos.
La
Ley de Biocidas de Chaco (la 7032, de noviembre de 2012) fija
distancias de 500 metros para las aplicaciones terrestres y 1500 para
las aéreas. Alejandra Gómez, de la Red de Salud, marca dos hechos
que se repiten en todas las provincias: la ley no se cumple y los
docentes tienen miedo a denunciar. En 2010, un fallo judicial frenó
fumigaciones con glifosato y endosulfan en las localidades de La
Leonesa y Las Palmas, y protegió escuelas rurales al fijar límites
de 1000 metros para aplicaciones terrestres y de 2000 metros para las
aéreas.
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